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Padecer de Fomo

Una fobia relativamente nueva anda complicándole la vida a no poca gente: Fomo

Es el “miedo a perderse algo” en las redes sociales (Fear of Missing Out, en inglés) y lo mismo lleva a la ansiedad, que a un mal dormir, por no hablar de una extrema dependencia de esas redes.

Originalmente, el término nació asociado al marketing, que trataba de instalar en las cabezas de los consumidores que se perderían algo bueno si no compraban determinado producto o servicio.

Sin embargo, a medida que las redes sociales se han ido posicionando en la cotidianidad de este presente, esas plataformas han comenzado a usar el Fomo como carnada.

Les recuerdan a los internautas que, si no visitan constantemente las redes se van a perder cosas importantes, una manera manipuladora de atraer más visitantes.


Foto ilustrativa:tomada de dankepsicologia.mx

Y como nadie quiere ser un perdedor, no son pocos los que quedan enganchados a ese anzuelo, y a tal punto, que hoy Fomo está afectando seriamente la salud mental de un modo no visto hasta ahora.

Una investigación publicada en la revista digital de ciencia y salud ScienceDirect definía al Fomo como “una aprensión generalizada de que otros puedan estar teniendo experiencias gratificantes de las que uno está ausente”.

Las redes sociales apuntan en particular a preadolescentes, adolescentes y adultos jóvenes por tratarse de grupos etarios que tienen una mayor tendencia a compararse con los demás.

Es así que precisamente estos grupos son los más afectados por esa fobia, que particularmente se ha detectado en América del Norte, Asia, Europa y Australia.


Foto: tomada de perfil.com

Seis años atrás, ya una investigación sobre el tema adelantaba cuáles eran las cuestiones que los internautas temían perderse en las redes sociales: la oportunidad de reunirse con amigos, no saber lo que hacen los demás, quedarse fuera de las bromas internas o de los planes para las vacaciones, y perder también influencia, popularidad o estatus.

Detrás de la cortina de una fobia

Son profundas las raíces psicosociales de este fenómeno, cuyas pulsiones son difíciles de vencer.

Fomo tiene su origen en que el usuario de la red social cree que su posición en ella determina todo lo demás en su vida. 

Y como esa posición se sostiene en una base muy inestable y siempre cambiante –por el constante flujo de la propia red social- bastaría perderse un mensaje importante para perder también el peldaño supuestamente conquistado.


Foto ilustrativa: tomada de telemetro.com

En esencia, lo que hay detrás de Fomo es la necesidad de pertenecer a un grupo, de evitar la soledad creando vínculos virtuales.

Los adolescentes en especial suelen ver las redes sociales como una extensión de sí mismos, a tal punto que en ocasiones su identidad en las redes sociales se convierte en el concepto más importante de sí mismos.

Tanta puede llegar a ser la dependencia y la Fomo que algunos de quienes la padecen pueden apelar a extremos para posicionarse cada vez mejor en la plataforma y recibir más me gusta u otros reconocimientos.


Foto: Ángela Nikolau

Es así que los usuarios de redes sociales con Fomo pueden experimentar trastornos del sueño, ansiedad social, depresión clínica,  disminución de la productividad y del rendimiento académico, a la vez que igual podrían ser víctimas de sentimientos como la envidia, los celos y el resentimiento.

Fomo pudiera dar lugar a trastornos de salud mental graves en caso de derivar en una adicción a las redes, la cual desencadena procesos cerebrales similares a los adictos a sustancias prohibidas.

Otras fobias digitales

Y si con Fomo no fuera ya suficiente, también han emergido otras fobias del mundo digital: Momo, Fomomo y Foji.

El Momo (Mystery of Missing Out) es la ansiedad que emerge cuando los contactos en redes sociales no publican nada. Dicha sensación lleva a suponer que los amigos están viviendo experiencias emocionantes sin comunicarlas en línea, lo que intensifica la sensación de exclusión.

Por su parte, Fomomo (Fear of the mystery of missing out) está referido al miedo al misterio de perderse algo. 


Foto ilustrativa: uchile.cl

Combina elementos del Fomo y el Momo, pero añade un nivel de incertidumbre. Este síndrome evidencia cómo la falta de información puede ser tan perturbadora como su sobreabundancia.

Al otro lado del cachumbambé digital se ubica Foji (Fear of Joining In), el miedo a participar, a unirse a redes sociales por temor a no saber qué publicar o a no recibir el aplauso anhelado.
Evidencia cómo la presión por conquistar “me gusta” y muchos comentarios puede inhibir la interacción.

Y sin miedo a la equivocación vale subrayar, también desde el conocimiento de estas fobias, cómo las redes sociales van transformando el modo en que nos comunicamos y percibimos la realidad, redefiniendo expectativas y hasta la autopercepción.

No sucede con todos, pero si tan solo hubiera un puñado –y son más-, ya habría que preocuparse por este mundo hiperconectado, por cuyos caminos, calles y carreteras nada virtuales, terrenales y bien tangibles, muchos andan igual a la deriva entre guerras, miserias de todo tipo e incertidumbres, que no dejan mucho tiempo para aprenderse nombres de fobias raras. 

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