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SALUD: ¿Dormir en dos etapas?

Son más de los que se imagina quienes, en torno a las tres de la mañana, se despiertan cada día. Por tanto, tampoco son pocos aquellos que se preocupan por ese sistemático suceso que les interrumpe el sueño y se preguntan ¿por qué?

No es un acontecimiento anormal; de hecho, tiene un condicionamiento biológico y de él hay testimonios desde el Medioevo.

Así lo ha constatado el profesor Roger Ekirch, historiador del sueño de la Universidad de Virginia, quien, mientras estudiaba sucesos relacionados con la Edad Media y la Revolución Industrial, se tropezó por primera vez con el término “primer sueño”.

El primer sueño duraba desde las 9 a las 11 de la noche aproximadamente. Foto: iStock

Al concentrar sus indagaciones sobre el asunto descubrió que entonces se dormía en dos bloques o fases, lo que actualmente ha derivado en el concepto sueño bifásico.
Aquellos humanos dormían en dos bloques de tiempo, cada uno de cuatro horas. Y entre uno y otro existía un impás de vigilia de una hora o más.
 


Imagen: tomada de Facebook

Incluso, hasta en La Odisea, de Homero, se hace mención a ese tipo de sueño, mientras que diarios, cartas, documentos médicos y otros textos igual hacen referencia a ese sueño en dos tiempos de la etapa medieval, una costumbre que además de Europa se extendía a África, a una parte de Asia, Australia, Sudamérica y al Medio Oriente. 

El historador Ekirch ha referido que «Durante ese tiempo algunas personas se quedaban en la cama, rezaban, pensaban sobre sus sueños o hablaban con sus parejas. Otras, en cambio, se levantaban y realizaban diversas tareas, e incluso visitaban a sus vecinos antes de volver a la cama». 


Imagen: tomada de eluniversal.com.mx

Pero ese añejo hábito se desdibujó en la cotidianidad de los humanos, optando por dormir de un tirón las ocho horas requeridas.

Sucedió con la aparición de las bombillas, que modificaron la vida nocturna al volverla una continuidad del día y donde, gracias a la luz artificial, se podían hacer actividades antes solo constreñidas al horario diurno.

 Surgieron así los turnos laborales nocturnos y para entonces poder aprovechar el tiempo, preferían dormir corrido.

Investigando junto a las almohadas

En los últimos tiempos, la comunidad científica ha renovado su interés por la arquitectura del sueño, por patrones del dormir alternativos al modelo típico de una sola fase nocturna continua. 

En particular, el patrón conocido como sueño bifásico -dormir en dos períodos distintos dentro de las 24 horas- ha ganado atención a partir de la posibilidad de que sea una opción válida también para este presente.

Un artículo de este año publicado en Sleep Medicine describe al sueño bifásico como un paradigma para el que se requieren investigaciones personalizadas.


Foto ilustrativa: tomada de elheraldo.hn

Por su parte, Sleep Foundation resumía en julio último que este patrón podría ofrecer ciertos beneficios si se estructura bien, aunque advierte que no es adecuado para todos. El interés por dicho modelo crece debido a distintas razones: la necesidad de adaptarse a horarios laborales atípicos, la posibilidad de mejorar el rendimiento mediante siestas controladas, y también por simple curiosidad de experimentar patrones de sueño que marcaron a  nuestros antepasados.

Beneficios y riesgos del sueño bifásico

La publicación de Sleep Medicine plantea que, en personas sanas, el sueño bifásico podría mejorar la flexibilidad del descanso, posibilitar una siesta de recuperación y reducir la carga de somnolencia diurna en contextos como el trabajo nocturno.

Las mencionadas siestas, entendidas en relación con el sueño bifásico,  tradicionalmente se asocian con mejoras cognitivas y de la atención, así como mejor estado de ánimo tras el descanso.

En la otra cara de la moneda, un estudio transversal publicado en 2024  por la revista Journal of Clinical Sleep Medicine encontró que los adultos con patrones de sueño segmentado (incluyendo el bifásico) muestran niveles más altos del biomarcador de estrés oxidativo y peor perfil antioxidante.
 


Foto ilustrativa tomada de la red social X

Una revisión del metabolismo del sueño y el envejecimiento, dada a conocer este año por Frontiers in Aging, recuerda que el sueño fragmentado puede interferir con la capacidad del cuerpo para “limpiar” radicales libres, reparar tejidos y regular ritmos circadianos; por tanto, para ciertas poblaciones , sobre todo personas mayores, y con comorbilidades, podría haber un mayor riesgo.

Expertos recomiendan que asumir el sueño bifásico requiere “higiene de sueño rigurosa, consistencia horaria y buena calidad del núcleo de sueño”; de lo contrario, puede derivar en somnolencia diurna, fragmentación del sueño o empeoramiento de problemas preexistentes. 

Por tanto, lo de dormir en dos etapas puede ser una opción viable para personas sanas, con horarios compatibles, y que respeten la coherencia del segundo bloque de sueño atendiendo a su hora, duración, y calidad.


Foto: tomada de abc.es

No es una receta universal ni tampoco una moda a seguir con entusiasmo acrítico.

Hasta que no existan datos de largo plazo y rigurosos, que evalúen la salud general, la calidad de vida y parámetros objetivos del sueño bajo rutina bifásica, cualquier decisión de pasarse a este estilo de sueño bifásico debe ser considerarse con cautela aunque de fondo resuenen aplausos a su favor.

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