La paciencia es una virtud
Vivimos en un mundo acelerado donde las prisas condicionan nuestro comportamiento como si no hubiera un mañana. Y aunque es cierto que la vida es efímera, conviene tomar un respiro y cultivar la paciencia porque resulta que no pocas veces tenemos pensamientos volátiles y actuamos en consecuencia. Esto no tiene buen efecto todo el tiempo.
Sí, porque como nuestro alrededor se mueve a gran velocidad, nos hemos acostumbrado a la gratificación instantánea, la respuesta inmediata, la solución en un dos por tres. Y ese ambiente estimula la impaciencia.
Claro que no me refiero a ser parsimonioso ni a esperar o pensar eternamente los asuntos. Sino a tener en cuenta que algunas cuestiones requieren de espera, cada proceso demanda su propio tiempo. Por tanto, tener una actitud paciente no debería ser frustrante, nos será positivo de manera general para todos los aspectos de la vida.
En la mayoría de los casos ser pacientes es una virtud. La paciencia favorecerá, en determinado contexto, manejar la adversidad, nos evitará actuar y responder con el impulso emocional y no valorar errores.
Ser paciente es tener la capacidad de conservar la calma y la claridad mental ante un desafío. Es difícil cuando nos hemos acostumbrado a tenerlo todo rápido. En esos casos puede suceder que no conseguir logros en el tiempo que creemos adecuado nos estrese y dé ansiedad. ¿Se puede, entonces, cultivar la paciencia? Claro que sí.
Lo más importante es entender y aceptar que todo puede tomar más tiempo del que creemos, que no podemos dominar absolutamente nuestro alrededor. Concientizar esto nos evitará frustraciones y fomentará mejores relaciones sociales basadas en la comprensión y la empatía. Además, nos permitirá analizar respuestas y procederes.
Con un poco de empeño y algunas técnicas podemos entrenar la tolerancia y ser equilibrados. Por ejemplo, la respiración consciente en instantes de desesperación. Hacerlo de manera lenta ayudará con episodios de ansiedad. Esta es una práctica habitual de la meditación que desbloquea aprendiendo a soltar y a confiar.
La espera intencional en momentos cotidianos nos aportará autocontrol después. ¿Cómo se hace esto? Demorando unos minutos cualquier actividad como comer, salir o responder un mensaje.
En resumen, ser paciente no es ser pasivo, es ser sabio y cuidar nuestra salud mental.