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Cuando nos hacemos cómplices del acoso escolar

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No se propone aquí un acercamiento teórico o conceptual al tema del acoso escolar, sino más bien, un ejercicio práctico de autoevaluación, pues muchas veces los adultos que intervenimos en el proceso educativo, asumimos actitudes que nos hacen cómplices de este tipo de violencia.

Para muestra, tres escenas de la vida real.

Escena 1

Recién vuelven del área deportiva y la mamá le pide a su hijo: «Fulanito, enséñale a tu papá cómo es que salta tu amiguito en las clases de básquet».

El niño imita obediente y hasta divertido la escena y el padre comenta entre risas: «Siempre he dicho que ese muchachito está flojo».

Para cada visita que llega a la casa, se repite la «representación» burlesca. Al día siguiente, cuando el compañero de Fulanito sea víctima de bullying en el aula porque «está flojito», la mamá, el papá y todas las divertidas visitas, serán cómplices del acoso.

Escena 2

«Mami, acabamos en la prueba; imagínate que la profe nos dijo que si no nos da pena que Menganita, con el coeficiente intelectual más bajo del aula, haya salido mejor que todos los demás», comentó un estudiante de séptimo grado.

De esa no sale nadie con la autoestima ilesa, ni Menganita, ni el resto, pero probablemente ella se lleve la peor parte, porque es minoría. Si sucede, la profesora será, sin dudas, cómplice del acoso.

Escena 3

En el barrio, conversación entre vecinas, frente a sus hijos: 

Vecina 1: «Menos mal que han dejado la juntamenta con el cohete ese que vive en la esquina». 

Vecina 2: «En mi época a esa ya le dirían cantimplora en la secundaria». 

Vecina 1: «No, y dicen que lo mismo apunta que banquea». 

La muchachita de la esquina intentó suicidarse. El chisme malintencionado y los prejuicios de los adultos hicieron su parte en las situaciones de acoso que la llevaron a ese grado de desesperación.

Cada palabra o actitud cuenta. ¿Cuántas veces hemos sido cómplices del acoso escolar, aparentemente sin intención de hacerlo? ¿De qué lado queremos estar? Que nunca sea del lado de la violencia.

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