Ciencia y tecnología

Phubbing o la triste manía de no soltar el teléfono

Nuestros teléfonos inteligentes parecen ser una extensión de nosotros mismos y esto puede dar lugar a fenómenos que dañan en nuestra salud y bienestar social. Hoy hablaremos de uno de ellos: el Phubbing

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En la era digital, la tecnología se ha entrelazado con nuestra vida cotidiana. Sin embargo, existe un término emergente que nos invita a reflexionar sobre los efectos colaterales de nuestra adicción a los dispositivos: el «phubbing» (Daniel E. Burgos / Cubahora)

En la era digital, la tecnología se ha entrelazado con nuestra vida cotidiana. Sin embargo, existe un término emergente que nos invita a reflexionar sobre los efectos colaterales de nuestra adicción a los dispositivos: el «phubbing», una palabra que combina «phone» (teléfono) y «snubbing» (ignorar).

El phubbing es una conducta que se ha vuelto más común en el mundo hiperconectado en el que vivimos. En esencia, se trata de desatender a quienes están físicamente a nuestro lado debido a la fascinación que ejerce la pantalla de nuestro teléfono celular. Este fenómeno, que en principio puede parecer inofensivo, tiene profundas implicaciones en nuestras relaciones interpersonales y en nuestra salud mental.

Phubbing
Las pantallas se convierten en barreras que obstaculizan la comunicación real y generan desconexión en nuestras interacciones humanas.

En primer lugar, crea un sentimiento de desapego y desinterés hacia las personas que están físicamente presentes. La pantalla del teléfono se convierte en una barrera que aísla a quienes la miran, los desconecta de la realidad.

Los teléfonos inteligentes, con su acceso constante a aplicaciones y redes sociales, han creado un entorno en el que es fácil caer en la tentación del phubbing. Las notificaciones constantes y la gratificación instantánea de revisar nuestros dispositivos han reforzado este comportamiento adictivo.

Las redes sociales, por su parte, han creado una realidad alternativa en la que la validación social se mide en «me gusta» y «comentarios». Esto puede llevar a una obsesión por mantenerse al tanto de la actividad en línea, a menudo a expensas de la interacción en el mundo real.

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Seis horas y 37 minutos. Este es el tiempo diario promedio que pasaron en internet los internautas de todo el mundo en el tercer trimestre de 2022. Esto revela el estudio «Digital 2023: Global Overview Report» publicado por DataReportal y consultado en el sitio web Statista. Los números hablan por sí solos.

La desconexión es especialmente evidente en situaciones sociales, como cenas familiares o reuniones con amigos, donde la atención dividida entre el mundo digital y el mundo real puede generar conflictos y resentimientos. La constante distracción provocada por el phubbing también puede llevar a malentendidos y a una comunicación deficiente, erosiona la confianza y la intimidad en las relaciones. Las personas comienzan a sentir que no son una prioridad, lo que puede socavar la autoestima y desencadenar disputas.

Además, el phubbing no solo amenaza nuestras relaciones interpersonales, sino que también proyecta su sombra sobre nuestra salud mental. Las consecuencias de esta práctica digital son profundas y, en muchos casos, insidiosas, afectando a personas de todas las edades que se encuentran atrapadas en la telaraña de sus dispositivos móviles.

Una de las consecuencias más notorias del phubbing es la ansiedad. El constante escrutinio de notificaciones, redes sociales y mensajes puede generar una ansiedad crónica, alimentada por la sensación de estar siempre «conectados» y la presión de responder de inmediato. Esta ansiedad puede manifestarse en la necesidad de verificar el teléfono constantemente, incluso en situaciones inapropiadas, y en la incapacidad de desconectar de las demandas digitales.

La soledad es otra consecuencia devastadora. A pesar de estar rodeados de amigos y familiares, aquellos que son víctimas del phubbing pueden sentirse profundamente aislados. La falta de atención y la desconexión emocional que resulta de mirar constantemente las pantallas pueden generar una sensación abrumadora de soledad, incluso en medio de una multitud.

Por otra parte, el phubbing puede contribuir a la depresión, ya que las personas que se sienten desatendidas y menospreciadas en sus relaciones pueden experimentar una disminución de la autoestima y un aumento de la tristeza.

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¿Y qué podemos hacer?

Precisamente porque creemos que la tecnología bien utilizada puede ayudarnos a superar casi cualquier problema le pedimos a la Inteligencia Artificial ChatGPT que nos recomendara algunas pautas clave para evitar el phubbing y  así fomentar una conexión más saludable en la era de los dispositivos móviles. Esto nos respondió:

  • Establece Límites de Uso: Define momentos específicos para revisar tu teléfono y mantenerlo fuera de la vista durante las interacciones personales. Establecer límites de tiempo para el uso de dispositivos puede ser una herramienta efectiva para evitar el phubbing.
  • Activa el modo No Molestar: Utiliza la función de «No Molestar» en tu dispositivo durante situaciones sociales o momentos importantes. Esto te ayudará a minimizar las distracciones y a enfocarte en las personas que te rodean.
  • Promueve la comunicación cara a cara: Fomenta conversaciones en persona siempre que sea posible. Las interacciones cara a cara son fundamentales para fortalecer las relaciones y reducir la tentación de caer en el phubbing.
  • Practica la empatía digital: Recuerda que las personas que están en línea también merecen tu atención y respeto. Evita el phubbing no solo en el mundo físico, sino también en el digital, respondiendo a mensajes y participando activamente en conversaciones en línea.
  • Encuentra actividades sin tecnología: Busca actividades que disfrutes y que no requieran dispositivos móviles, como practicar deportes, caminar al aire libre o asistir a eventos culturales.
Phubbing
Los smartphones y las redes sociales han contribuido al auge del phobbing. Estos dispositivos brindan gratificaciones instantáneas y notificaciones constantes, reforzando este comportamiento adictivo. (Daniel E. Burgos / Cubahora)

La tecnología, en su búsqueda de mantenernos conectados, ha desencadenado un dilema interesante: aunque nos acerca a personas de todo el mundo, al mismo tiempo, nos aleja de aquellos que están justo a nuestro lado. Este conflicto es una reflexión de la necesidad urgente de encontrar un equilibrio entre la tecnología y la conexión humana en un mundo cada vez más digital.

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