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Del heroísmo callado y la hazaña multiplicada

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Foto: Dunia Álvarez Palacios
Fueron momentos complejos y cruciales en defensa de la independencia de Cuba los que engendraron hombres imprescindibles, héroes y líderes de generaciones de patriotas que configuraron, desde el 10 de octubre de 1868 hasta nuestros días, una estirpe invencible.

En medio de agresiones, sabotajes, acciones terroristas, infiltraciones, ataques piratas, creación de bandas y organizaciones contrarrevolucionarias, politización y manipulación de la migración, quema de cañaverales para afectar la zafra azucarera y conspiraciones para asesinar a los líderes de la Revolución, fue integrándose y consolidándose, a partir del 6 de junio de 1961, el Ministerio del Interior.

La aprobación por el Gobierno Revolucionario de la Ley 940 creó un aparato idóneo y abarcador para hacer frente al sinnúmero de desafíos, amenazas y otras artimañas generadas por la comunidad de inteligencia del Gobierno de EE. UU. y sus aliados para tratar de frustrar la naciente Revolución Cubana.

Blindado desde su nacimiento con hombres de pueblo, curtidos en el Ejército Rebelde, el Movimiento 26 de Julio, el Partido Socialista Popular, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo y las Milicias Nacionales Revolucionarias, su fuerza invencible ha sido, precisamente, su raíz popular. Nutrirse, interactuar y proteger al pueblo que defiende, para, estrechamente unidos, garantizar la seguridad ciudadana, el orden interior y la seguridad del país.

Junto a las Fuerzas Armadas Revolucionarias y al pueblo han erigido un bastión inexpugnable contra el que se han estrellado agresiones, amenazas y peligros generados por sucesivas administraciones estadounidenses, y con páginas de altruismo y valor ante desastres naturales, accidentes u otras circunstancias.

Las armas de los hombres y mujeres del Minint son las del patriotismo, la vergüenza, la honradez, la fidelidad, la valentía, el antimperialismo, la laboriosidad, la sensibilidad, la solidaridad, el decoro, la decencia, la honestidad, la dignidad y la justicia.

Nadie lo caracterizó mejor que nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en el acto por el aniversario 30 del Minint, el 6 de junio de 1991:

«Es multifacético el trabajo de los compañeros y compañeras del Ministerio del Interior, están en muchas partes, defienden muchos puntos vitales, desde las fronteras del país, o fuera del país, o dentro del país, o haciendo el papel de contrarrevolucionario, de delincuente, o enfrentándose al malcriado, al irrespetuoso, al que sabe que somos un Estado con principios, un Estado con moral y que somos hombres decentes, que son hombres de principios. Y así, cuántas veces se encuentran los compañeros con la intolerancia, la incomprensión, la falta de respeto que no habría en ninguna parte por ahí. En los Estados Unidos ni soñando, porque aplican métodos bien violentos. Ustedes están enfrentando esos problemas todos los días, ustedes tienen que ver siempre con los peores aspectos, los más desagradables de los problemas (…)».

Arribamos a los 62 años de una tropa de heroísmo callado y hazañas multiplicadas, que ha demostrado ante la historia y el mundo que no hay obstáculos ni misiones imposibles, y que la Patria cuenta en ella con fieles soldados del «Sí se puede», fieles al legado del Comandante en Jefe, al ejemplo del General de Ejército Raúl Castro Ruz, y a la dirección del Partido.

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