Eduardo Lou, el médico chino de Caibarién
El interesante artículo «Hubo más de un médico chino» publicado por el periodista Argelio Santiesteban, me motivó a investigar si en Caibarién también consultó algún galeno asiático, fue así que descubrí al Doctor Eduardo Lou Chang.
Este médico de padres chinos nació en La Habana el 29 de mayo de 1912, y de pequeño vino con su familia para radicarse en la Villa Blanca. Estudió Medicina en la Universidad de La Habana, una carrera que continúo en la Universidad de Lille Nord de Francia.
Al graduarse en la reconocida universidad francesa y permanecer como ex interno de Maternidad de Santa Ana (Lille), Eduardo Lou regresó a Cuba e instaló su primer consultorio en La Habana, en la calle Manrique, » 407 (altos) y luego lo mudó a Virtudes, » 614 (bajos).
En sus viajes a Caibarién conoció a la joven Hilda Rodríguez de Castro, con quien contrajo nupcias, y formó una familia de tres hijos (Eduardo, Silvia y Luís).
Su casa y consultorio en la villa siempre estuviron en la calle María Escobar, hoy avenida 7, entre las calles Jiménez (14) y Agramonte (16).
Este médico chino, especialista en Ginecología y Obstetricia pronto ganó pacientes, en particular por su excepcional profesionalidad y entrega a quienes acudían a su consulta en busca de ayuda y salud.
Distinguía a su consultorio la entrega gratuita de materiales educativos para la salud confeccionados por él. En uno de estos, conservados por su hijo Luis puede leerse en la portada: «Los consejos que se dan en este folleto están destinados a proteger su salud durante el embarazo. La salud de su futuro hijo depende de la salud de usted ahora».
El Dr. Eduardo Lou era además un experto de la medicina oriental, una práctica heredada de sus ancestros que sumó a la ciencia para marcar pautas en la historia de la medicina en Caibarién.
En el año 1959, al triunfo de la Revolución cubana, cuando la mayoría de sus colegas migraron a Estados Unidos y otros países, el médico chino permaneció laborando en el hospital de Caibarién hasta que en 1962, cuando con solo 50 años de edad murió víctima de un infarto masivo.
Los caibarienenses que conocieron al Dr. Eduardo Lou Chang aseguran que cuando consultaba a un paciente se entregaba en la práctica médica hasta devolverle la salud, motivos para acreditarse la sentencia popular: «¡A este no lo salva ni el médico chino!»»de Caibarién.
-Fuente e imágenes facilitadas por el Lic. Lenin Flores Márquez, investigador de la historia de Caibarién.