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Revelan fallas de seguridad tras ataque al Congreso de EE.UU.

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  Las pesquisas sobre el ataque contra el Congreso de Estados Unidos el 6 de enero, incitado por el presidente Donald Trump, revelan hoy fallas en los sistemas de seguridad en la sede del órgano legislativo. Funcionarios del Buró Federal de Investigaciones (FBI) y del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) advirtieron a la Policía del Capitolio sobre el riesgo de violencia en esa instalación, en medio de las protestas contra la certificación de la victoria del mandatario electo, Joe Biden, reveló la cadena NBC News. Según los informes, las agencias alertaron que las protestas podrían traer violencia antes de que los alborotadores irrumpieran en el edificio del Congreso la semana pasada, una incursión masiva que provocó la muerte de un oficial de policía y otras cuatro personas, una de las cuales fue asesinada a tiros por un agente del orden. Funcionarios familiarizados con los informes de inteligencia dijeron que el aliento del presidente Trump a los manifestantes probablemente atrajo a una multitud más grande al lugar de los sucesos violentos. El informe de NBC News se produjo este domingo después de que varios directivos encargados de hacer cumplir la ley dijeron que no había indicios de que las demostraciones condujeran a la violencia o que el edificio del Capitolio sería violado. Un alto funcionario del FBI le dijo a la cadena que esa agencia ‘obtuvo información creíble y procesable’ con suficiente antelación sobre más de una docena de personas que expresaron su deseo de viajar a Washington D.C. con el fin de participar en actos violentos. Según los informes, el NYPD también envió a las agencias de aplicación de la ley, incluida la Policía del Capitolio, informes de inteligencia referidos a las amenazas de violencia en las redes sociales antes de las protestas del 6 de enero. NBC News también mencionó que un informe de inteligencia publicado en diciembre señalaba que la llamada marcha del millón en la capital norteamericana el 6 de enero sería el próximo gran punto de inflamación. El día anterior a los disturbios, la alcaldesa de la capital estadounidense, la demócrata Muriel Bowser, dijo a representantes del Departamento de Justicia y del Pentágono que las unidades del orden capitalinas no solicitarían ayuda a las autoridades federales. Pero la Policía del Capitolio claramente se sintió abrumada después de que los alborotadores llegaron a esa sede, entraron por la fuerza en el edificio y destrozaron oficinas, relata el diario The Hill. Michael Chertoff, secretario del Departamento de Seguridad Nacional en la administración de George W. Bush (2001-2009), cuestionó por qué las protestas del miércoles no fueron designadas como Evento Nacional Especial de Seguridad, lo que permitiría al Servicio Secreto tomar la iniciativa en la respuesta, según el diario The New York Times. La Policía del Capitolio no solicitó asistencia al Departamento de Seguridad Nacional, como debió hacerlo, hasta las 14:30, hora local, de acuerdo con los funcionarios. No fue un ataque sorpresa, todo lo que tenías que hacer era leer el periódico y ver que el presidente le estaba diciendo a la gente que se volviera loca, un niño de cinco años sabría que este sería un suceso extraordinario, añadió Chertoff.

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