Tony Lugones, bendecido por la música

Sí, es Adriano, uno de los personajes más queridos de la telenovela cubana Regreso al corazón. Bueno, en realidad no es Adriano, sino Tony Lugones, el actor que le da vida, pero de su faceta como actor, que lo es, por más que su propia modestia insista en negarlo, hablaremos en otro momento. Esta vez nos referimos al primer disco de su carrera como cantante, el cual se nombra Ángel o demonio y salió bajo el sello de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales, EGREM.
Al decir de Tony, «es como el primer bebé que tiene cada familia. Me ha costado mucho sacrificio. Yo soy intérprete y es muy difícil encontrar personas que narren tu vida a través de la música, que te entiendan, que te hagan vivir tu historia a través de ellos. Estoy súper contento. Quizás para muchos sea algo normal, un disco más; para mí es mi primer disco, y ojalá que no sea el último».
—¿Cómo comenzó la historia de este disco?
—Empezó con Ernesto Blanco, fue la primera persona con la que grabé en mi vida, mi primer tema y, por supuesto, era lógico que él me dijera: «el disco lo vas a hacer conmigo». Es una persona que entiende mi voz, mis matices, la manera en que yo transmito, y me siento bendecido de que haya sido él quien ha tenido las riendas de la producción musical.
—¿Y cómo llegó a la EGREM?
—La historia es muy sencilla. Fue en Trinidad, en el Festival de La Canchánchara. Me le acerqué a Kike (director de la EGREM) y le dije que quería hacer un disco con la EGREM, «le caí atrás» hasta que logré conseguir que me dieran un pequeño espacio en todo ese catálogo tan grande que tienen; imagínate, EGREM es historia, EGREM es la manera de mostrar a Cuba en el mundo a través de la música. Entonces, siempre quise hacer mi disco con la EGREM. Hay otras disqueras, incluso con otras condiciones, pero yo aposté por la EGREM.
—¿Por qué Ron Calunga es el compositor líder del disco?
—Pues yo conozco a Ronaldo —porque lo de Ron Calunga vino después—, a Ronaldo lo conozco hace muchos años. Él acababa de llegar de Guantánamo, se acababa de instalar en Guanabacoa y siempre se ha caracterizado por ser muy humilde, por ser un gran amigo, una persona que de alguna forma te decía: cuéntame tu vida, porque los poetas le ponen música a la vida, a la historia de muchas personas. Y Ron Calunga sabe por todo lo que yo he pasado, todos mis sacrificios. Estuvo ahí en el momento más difícil en mi vida, por eso es que, de alguna forma, cada vez que me decía: mira esta canción, mira esta obra, era como si realmente fuera yo mismo el que la hubiese escrito. Me siento bendecido de que ese gran hermano de hace muchos años sea el compositor líder de mi disco.
—El álbum incluyó varios dúos. ¿Cómo seleccionaste a los artistas que te acompañan?
—No tenía pensado hacer dúo con nadie. Empezamos a trabajar en el disco y, por ejemplo, Quiero hablarte, que es un tema de Yamil Reyes, un gran cantautor cubano que era del grupo Deja Vu, y me propuso Ernestico retomarlo, porque es muy lindo, cuando lo saqué, le hice homenaje a Memorias del subdesarrollo. Y le digo a Mariela Cobos, una cantante, compositora espirituana, que estaba en casa de Isis Flores cuando grabamos, y me dice Mariela: mira, un tema que a mí me propuso Yamil también; entonces le digo: ¡vamos a cantarlo juntos! Y veo a ese gran hermano, ese musicazo que es César Quintana, Black Imperator, y le digo: este tema lleva algo diferente; esto ya no es los años 2000, los noventa y pico; esto ahora está llevando mucho los ritmos africanos, esos afrobeats, esas kizombas. Entonces le dije: ¿qué vas a hacer con esto? Y él no entendía qué hacer, hasta que entró, entró, entró… Le digo: vamos a involucrar nuestras raíces yorubas en el disco, y el tema funcionó, estuvo nominado en Cuerda Viva.
«Los otros dúos son con Iris la Doña. Hay un tema que es muy sensual, que se llama La cosa se mueve. A mí me gusta mucho la manera en que Iris la Doña rapea, creo que es de las pocas raperas o exponentes del hip hop femenino que vende la feminidad de una manera riquísima, y le dije: ven, vamos a ver cómo le entras a este tema; a ella le encantó y le entró súper bien con su estilo.
«Ernesto Blanco, por supuesto, que tenía que estar, me dijo: “este tema me gusta”, le voy a poner un poco de mí, y lo hizo. El tema se llama Salud —como cuando brindamos—, y Waldo Mendoza que, por supuesto, toda la producción del disco coincidió con la telenovela Regreso al corazón, y entonces tenemos Hombres completos, que es el tema del personaje de Adriano y es como una zambita rica».
—¿Qué caracteriza al disco desde el punto de vista de los ritmos y sonoridades?
—El disco tiene muchos ritmos; por supuesto, la base es cubana, autóctona, pero Cuba es una mezcla de colores y sabores y sentidos y vida, un mestizaje muy rico, eso también es Cuba. Yo quise ponerlo así, de esa forma.