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Una experiencia para generalizar

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Entrevista a Anderson Nieve de la Torre, entrenador caibarienense de fútbol en la categoría sub 13
Foto: Cortesía del entrevistado


Pasaban las cuatro de la tarde cuando comenzó el entrenamiento. En los alrededores del terreno, varios niños se pasaban balones, a la voz de mando, todos se reunieron en torno al entrenador.

Anderson Nieve de la Torre maneja elementos técnicos del fútbol, pero domina más el arte de hacerse escuchar por pequeños que no superan los trece años de edad. Les habla de controlar la pelota, de denfender el medio campo y de «subir» siempre que se pueda, de cómo tratar con cariño el balón. También indaga por comportamientos fuera del campo y notas escolares y regaña cuando alguno se hace el «gracioso» o dice algo fuera de lugar. Sorprende comprobar cómo un puñado de niños antes dispersos, se sientan en la hierba, juntos, para hablar sobre fútbol.

¿Cómo se logra que veinte niños te escuchen?
(Risas) Esta charla la tenemos todos los días antes de empezar a jugar porque hay nociones del juego táctico que deben entender. A ellos les gusta el fútbol, les apasiona, pero ya viste que hay que ser ágiles porque se aburren rápido. Nosotros terminamos casi a las seis de la tarde y ninguno se va del entrenamiento, incluso cuando no se comportan, le mandamos tareas especiales y ese día no juegan. Creo que lo más importante es el respeto porque aunque son niños, lo merecen.


Cuando a nivel de sociedad se habla de pérdida de valores en niños y adolescentes, a ustedes se les ve batallando con eso…
Hay que tratar de inculcarles buenas normas de conducta. Tratamos de no sobreexigirles porque son niños y pueden entonces rechazar el deporte, pero de manera general somos bastante rigurosos con el tema de las malas palabras, la violencia y las burlas. En este, como en todos los sentidos, hemos recibido mucho apoyo de las familias.


¿Y cómo es la relación con la escuela?
En los horarios escolares no existe un tiempo dedicado al deporte. Por lo general, estos son niños que se desmotivan muy fácil y ahí empiezan los problemas. A veces, como castigo por alguna situación o porque necesitan dedicarle más tiempo a las actividades docentes, tienen que ausentarse a los entrenamientos. Creo que debería repensarse el balance entre docencia y actividades extraclases como el deporte, sobre todo cuando en áreas como la nuestra se trabaja diariamente con rigurosidad.

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Anderson tiene 25 años, viste sport y habla con cierto aguaje. Pero su mirada noble y su actitud con los niños desarman cualquier estigma.

¿Desde cuándo entrenas? ¿Siempre en la categoría sub 13?
En 2017 me gradué como Porfesor de Educación Física y ya tenía una plaza para entrenar en la base porque las primeras categorías requieren más experiencia. Siempre he estado trabajando con niños pero al principio fue complicado, yo solo tenía 17 años. Lo más importante para mí ahora mismo no es ni siquiera el salario, me centro en estar a las cuatro de la tarde aquí en el terreno. Hemos creado un compromiso mutuo.

Escuchándote hablar de aspectos técnicos pareciera que tienes más experiencia…
Bueno, yo practicaba fútbol… cuando era joven.

Más joven, ¿no?
(Risas) Bueno si, más joven.
La salud me ha jugado malas pasadas. Tuve que dejar de practicar por las lesiones y más recientemente iba a pasar a entrenar en la EIDE pero no pude.

Muchos entrenadores fueron antes grandes futbolistas…Zidane, Luis Enrique, Valverde
A la hora de interactuar con los niños es mucho más fácil cuando conoces en la práctica cómo funciona el deporte y puedes incluso hablar desde tu experiencia. Yo tuve muy buena base de entrenamiento y excelentes profesores como Lilo, Marlon y Cirilo.

¿De ahí nacen entonces tus explicaciones teóricas? ¿Cómo manejas la preparación física teniendo en cuenta que son niños?
Nosotros tratamos de explicarles para que cuando se enfrenten a una posible situación de juego sepan, más o menos, qué hacer. Y digo más o menos porque cuando suena el silbato, ellos reaccionan espontáneamente. Además, hay muchas reglas básicas y de juego que deben aprender antes de salir al terreno.
En cuanto a la preparación física somos bastante conservadores porque no sabemos las normas de alimentación o descanso que los muchachos tienen en sus hogares, y tampoco tenemos equipo médico que nos asesore. Hacemos algunos ejercicios y el resto se basa en el juego.

Imagino que de las cosas más difíciles de manejar como jugador o entrenador, sea la frustración por perder un partido...
Eso es complicado porque son niños, pero niños muy apasionados por el deporte. Nosotros les inculcamos las ganas de ganar siempre, cualquier tope o competencia. Pero después nos toca explicarles detalladamente, pero sin herir, las causas del fracaso. Ellos se ponen muy tristes; individualmente todos se culpan por la derrota.

Porque no solo con entrenamiento se alcanzan los resultados…
Exacto. A veces las cosas no salen como esperamos o sencillamente, el rival nos supera. Además, muchos factores limitan el total desarrollo de estos niños.
Actualmente los topes no existen y aunque entendemos la difícil situación del país es un factor determinante para obtener resultados. Los niños necesitan medirse respecto a otros y ajustar las deficiencias, además, conocer y estudiar a sus rivales a quienes solo llegan a ver en la competencia. La indumentaria también es muy escasa, ahora mismo solo dos balones. Hace un tiempo gracias a una donación de un grupo de canadienses nos llegaron algunos poulovers y ahora recientemente a través de unos amigos, no llegaron algunas camisetas más. De tacos o accesorios para los porteros ni hablar.

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Va cayendo la noche y el entrenamiento termina con la acostumbrada tanda de penales. Los muchachos lucen tan lozanos como al inicio y uno me confiesa a quemarropa que son muy felices aquí con el profe.


¿Qué pasa cuando cumplen los trece años y se salen de la categoría?
Es muy difícil darle seguimiento a esos muchachos porque tenemos que concentrarnos en formar un equipo de nuestra categoría. Tratamos de mantenerlos en el área por un tema de disciplina pero como tal, esa categoría sub 15 se pierde.


¿Cómo valoras el fútbol villaclareño en la base?
En Villa Clara hay buena calidad técnica en estas categorías, lo pude comprobar en la propia EIDE. Todos los años hacen evaluación de la matrícula, estamos pendientes a eso. Ahora mismo tenemos un muchacho nuestro en su último año escolar que tiene muy buenas perspectivas. Ojalá este año podamos incorporar algún caibarienense más.


Creo que la experiencia, lo que haces con estos niños, es digno de admirar y generalizar en Caibarién. Así que no sería justo terminar hablando de insatisfacciones, ¿con qué te quedas de tu trabajo?
Yo creo que aunque no lleguen a ser futbolistas de primer nivel, estamos ayudando a su formación física y social. Aquí no usan teléfonos, hacen ejercicio físico, construyen relaciones sociales sanas pero a la vez se hacen más independientes y maduros. Trabajamos todos los días para obtener resultados, para ganar cuando competimos, pero si los resultados no llegan, solo nos motivamos a seguir batallando.
En lo personal me reconforta mucho que ellos disfruten del entrenamiento, que me llamen aunque esté lloviendo porque quieran venir a jugar. Las muestras de cariño son innumerables y espontáneas. Definitivamente me quedo con eso.

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