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Por una paternidad sin moldes

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Al papá de Camila no siempre lo dejan entrar en las consultas médicas de su hija. Cuando van al hospital por alguna urgencia, le suelen repetir aquello de «€œpapá, usted espera afuera»€. En tiempos de COVID-19, las medidas de protección exigen un solo acompañante y se asume por descontado que será la madre. Otras veces, cuando va solo con la niña a los chequeos de rutina en el médico de la familia, lo miran con sospecha y cuestionan desde la ausencia de la mamá hasta supuestos problemas de alimentación.

En nuestro país, demasiado marcado aún por herencias patriarcales, no siempre los padres se involucran de forma directa en la crianza y cuidados de los hijos. Pero, ¿qué pasa con aquellos que sí lo hacen? Sufren más de una vez la discriminación de una sociedad que no está acostumbrada a encontrarlos en ese puesto.

Cuando se les impide formar parte activa del proceso del parto, cuando los doctores los ignoran abiertamente en las consultas, cuando llegan con sus hijos a la escuela y les preguntan por la madre, cuando la gente se sorprende al verlos solos con sus bebés, cuando no se les muestra en ningún producto de comunicación ocupándose de sus pequeños, una y otra vez se les excluye. La sociedad les muestra que no son parte, que no les toca. Y si la corresponsabilidad no se enseña, es más difícil después alcanzarla.

Por suerte, cada vez son más quienes trabajan desde el activismo para cambiar estas percepciones y las actitudes que de ellas se desprenden.

Sobre herencias y consecuencias»€¦

Durante décadas, la percepción de la paternidad en Cuba ha estado asociada a creencias, actitudes, roles, estereotipos, mitos y otras mediaciones socioculturales que marcan luego comportamientos responsables o no en el ejercicio del rol paterno, explica a Cubadebate el periodista e integrante de la Red Iberoamericana de Masculinidades (RIAM), Jesús Muñoz.

«€œMuchos hombres viven aún este proceso muy anclados a la masculinidad hegemónica: aprenden que deben ser serios, reservados, poco comunicativos, menos dados al contacto físico y a mostrar júbilo, emociones espontáneas y afectos»€, agrega el también colaborador de la campaña Padre desde el principio.

En paralelo, la distribución binaria y machista de roles suele colocar a los hombres como los encargados de proveer el sustento económico y disciplinar a los hijos. Por tanto, deben poseer una personalidad fuerte, firme y racional.

Como consecuencia de esos prejuicios, varias investigaciones muestran un panorama desafiante para la realidad de la paternidad en Cuba. Algunos estudios sostienen que sólo alrededor de un tercio de los padres se vinculan efectivamente a la crianza y educación de hijos e hijas, y aún abundan las paternidades ausentes, precisa Muñoz.

Mientras, la Encuesta Nacional de Igualdad de Género (ENIG – 2016) mostró el rol preponderante de las mujeres en el cuidado y apoyo educativo brindado a la descendencia. Si bien la mayoría de las personas interrogadas consideró que hombres y mujeres tienen igualdad de deberes y derechos y que pueden tomar las mismas decisiones, el estudio de distribución del tiempo evidenció que en la práctica apenas existe corresponsabilidad.

Un par de años después, en 2018, los análisis publicados en el Informe estudio CAP: Paternidad responsable y activa durante la primera infancia, realizado por Unicef en alianza con el Mined, confirmaron estas realidades. Una encuesta realizada a 840 hombres de siete provincias cubanas constató que apenas el 6% de los padres tenía una actitud favorable hacia la corresponsabilidad antes y después del embarazo, mientras que solo el 34% participaba de forma significativa en el aprendizaje y la preparación para la escuela de hijos e hijas.

Otros resultados confirman la falta de capacitación: solo el 1% de los encuestados señaló poseer un conocimiento integral de la legalidad relacionada con la paternidad y apenas el 29% estaba conforme con la información sobre paternidad responsable disponible.

En general, la investigación mostró incongruencias notables entre el deseo y la realidad, así como lagunas en la comprensión integral de lo que implica la corresponsabilidad en todas las etapas.

«€œNo a todas las tareas de cuidado, educación y protección los padres les otorgan la misma importancia o dedican la misma cantidad de tiempo. La presencia de los papás es menos visible en roles de educación, estímulo, alimentación, incluida la lactancia»€, apunta Muñoz.

Transformar la paternidad, primeros pasos

Con estas evidencias como precedente, cambiar los modos en que se entiende y ejerce la paternidad resulta urgente. No solo porque transformará maneras de actuar en el presente, sino porque contribuirá a que futuras generaciones de hombres y mujeres crezcan con otros modelos de masculinidad y de relación entre las personas.

Al fin y al cabo, coinciden los expertos, cuando hay un padre responsable, ellos y sus familias son más felices y disfrutan una vida más completa y satisfecha. Tienen mejores índices de salud física y mental, equilibrio entre vida laboral y roles materno/paternos y los/as hijos e hijas crecen con ejemplos positivos de en lo concerniente a la igualdad de género, que contribuye a la comprensión de que hombres y mujeres tienen similares derechos y responsabilidades.

Por suerte, hay iniciativas en acción para potenciar esta transformación. Durante los últimos meses, la Red Iberoamericana de Masculinidades (Riam), en colaboración con la campaña Padre desde el principio, coordinada por el Ministerio de Educación (Mined) y Unicef en Cuba, y también en alianza con el Ministerio de Salud (Minsap), ha buscado impulsar más el trabajo en los temas de paternidades.

«€œHemos trabajado durante unos seis meses con más de 70 padres de unas 12 provincias cubanas en dos grupos que intercambian de forma online a través de la red social WhatsApp«€, explica Muñoz, quien también ha ejercido como facilitador de estos talleres sobre paternidad responsable. Los temas abordados incluyen la corresponsabilidad en la crianza y educación, paternidad responsable en tiempos de COVID-19 y el Código de las Familias, entre otros.

La diversidad de padres participantes en los debates en cuanto a procedencia territorial, edad, profesiones, niveles educacionales, orientación sexual, entre otras cuestiones, permitió además diagnosticar algunos elementos asociados a las paternidades responsables en Cuba.

En general, destaca Muñoz, se evidencian avances hacia una paternidad responsable, aunque coexisten rasgos propios de prácticas paternas machistas. «€œNo obstante, uno de los principales resultados es la disposición de los papás para dialogar e intercambiar sobre su experiencia paterna, la necesidad que tienen de expresar sus miedos, angustias, desconocimientos y también de relatar buenas experiencias»€.

Además, se identificaron mensajes importantes relacionados con paternidades y corresponsabilidad, educación a partir del ejemplo positivo, ver la paternidad como un rol de disfrute, placer y bienestar, entre otros; y espacios comunitarios, virtuales, aplicaciones móviles, medios de comunicación e industrias culturales que sirvan como escenarios esenciales para la difusión de estos mensajes.

Como parte de las acciones desarrolladas, también se organizó el concurso «Papá olímpico» durante los Juegos Olímpicos de Tokio y se produjo la serie de postales «€œMi mayor medalla»€, donde atletas glorias del deporte de reconocido prestigio enviaron mensajes sobre la paternidad responsable y aportaron sus fotografías en el ejercicio del rol paterno.

Además, se encuentra en fases finales de realización un bolsilibro sobre mitos y realidades de la paternidad, un talk show, cápsulas audiovisuales y un miniprograma radial llamado «Padre no es cualquiera», que se estrenará en 2022, entre otros productos comunicativos que ayudarán a desmontar ideas erróneas en torno a la paternidad, enumeró el periodista.

De cara al futuro»€¦

Los espacios de sensibilización y capacitación evidenciaron que existe una actitud favorable hacia la paternidad responsable, pero aún existe desconexión entre el deseo o aspiración de ejercer un rol activo en la crianza y educación de hijos e hijas y lo que ocurre en la práctica.

«€œSe constató la permanencia de barreras culturales (estereotipos, mitos, creencias, imaginarios, mal abordaje o ausencia del tema en los medios de comunicación) y estructurales (servicios, conciliación con centros laborales, etc.) que limitan un mayor avance hacia paternidades responsables»€, comenta Muñoz.

Queda mucho por hacer de cara a transformar el ejercicio de la paternidad en Cuba. Primeros pasos urgentes implican generar más espacios de capacitación en los padres y desmontar todos esos prejuicios que aún priman en hospitales, escuelas y otras instituciones vinculadas al cuidado y crianza de los niños.

Además, muchos padres comentan que necesitan ver en los medios de comunicación ejemplos positivos que no satanicen la paternidad y se alejen de esa visión de la paternidad alejada y desentendida.

A ser papá no se aprende de la noche a la mañana. Compartir responsabilidades, ir a la par en la crianza, implica pasar por encima de años y años de machismo. No es fácil, pero los aires de cambio ya están ahí, en todos esos papás que insisten en romper los moldes. Queda pendiente normalizarlo, visibilizarlo y construir más espacios de crecimiento. Para que cada vez sean menos los padres que no puedan entrar en las consultas.

Tomado de Cubadebate

Tomado de Cubadebate

Medio de información alternativa que alerta sobre campañas de difamación contra Cuba. Publica noticias y análisis con un tratamiento objetivo de los hechos. Muestra los intereses que el poder global oculta para mantener sus privilegios. UCI, La Habana, Cuba. editor@cubadebate.cu

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