EspecialesHistorias de valientes

Vale la pena vestirse (+Audio)

Una familia de profesionales de la salud. Así define el doctor Adrián Mendez Cruz sus más de tres meses en zona roja. Debajo de una escafranda se deja la piel para salvar vidas y por la vida vale la pena el día a día

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«El trabajo en zona roja no es fácil. Entre el vestuario y la situación de salud de los pacientes que por el curso normal del virus a veces se deteriora considerablemente su salud, tenemos que resistir el cansancio. Pero ciertamente lo más difícil aquí es cuando perdemos un paciente y si tuviera el don de cambiar algo sería precisamente eso: las complicaciones que tienen algunos pacientes que traen como resultado final la muerte».

«Si me preguntas que es para mí te digo que la zona roja es una familia de profesionales de salud que día a día dejan la piel debajo de una escafandra haciendo hasta lo imposible para salvar vidas humanas».

Es la primera pregunta que responde el doctor remediano Adrián Mendez Cruz. Apenas 24 años. Meses de labor en la zona roja del Hospital Militar Manuel «Piti» Fajardo de Santa Clara. Tiempo indefinido para seguir salvando vidas.

«Para mí la zona roja al principio fue un impacto enorme. La primera vez que entré allí se me pusieron los pelos de punta ya que venía con el mismo temor que siente todo un planeta. Por debajo del traje sudaba y no era precisamente de calor, pero a la vez, era un reto como médico enfrentarme a pacientes positivos. Fue un nuevo comienzo estudiar ya que se trataba de una enfermedad nueva, conocíamos solo lo básico. Me apoyé mucho en experiencias de compañeros veteranos en este tema y así fortalecí mi experiencia hasta que poco a poco me fui acostumbrando y me fui instruyendo. A lo largo de este tiempo he conocido a muchos médicos y enfermeros con los cuales he creado lazos de amistad a punto de considerarlos como una familia».

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Con Burgos (izquierda), su compañero de guardia en la zona roja.

Detrás de esas escafandras se esconden sueños y anhelos. Pero delante, alguien que necesita del calor de una conversación diferente. Eso he sentido con las palabras del doctor Adrián. A este muchacho las fibras de la humanidad le ciñen el traje.  

«La empatía con los pacientes sólo se logra de una forma y es haciendo bien tu trabajo. Atendiendo sus miedos ya que son personas enfermas y como tal tienen preocupaciones y dudas, pero a la vez, son personas tan susceptibles emocionalmente que son capaces de brindarte un gran aprecio y agradecimiento. Necesitan una voz que les diga todo va a estar bien. Tenemos contacto directo con ellos y en un interrogatorio médico o examen físico siempre hay espacio para conversar sobre temas personales. Así además de brindarle seguridad, logramos que confíen en nosotros y estén en un ambiente psicológicamente más sano.

Siempre están curiosos de quienes son los que los atienden y nos preguntan bastante a punto de crear lazos afectivos; algo muy bonito porque es señal de que el deber se está realizando como es debido con profesionalidad, pero también con humanidad. Les causa curiosidad generalmente de qué pueblo somos y esto crea un punto de partida para comenzar la conversación más allá de temas de salud».

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Parte de la nueva familia del doctor Adrián en zona roja.

De los primeros días con pacientes positivos a la covid-19 el doctor Adrián Mendez Cruz prefiere los que dibujan sonrisas: los resultados negativos, la vida que se aferra a la vida, los aplausos para celebrar otro nuevo día.

«Experiencias tristes hay muchas, pero prefiero hablar de las buenas. La que más me cautivó fue en una de mis primeras guardias en aquel entonces trabajando en el hospital Celestino Hernández de Santa Clara. Se trataba de una paciente oncológica, de 84 años de edad positiva a la covid-19 como todos en la sala. Luego de 7 días de estadía hospitalario y de pasar por momentos críticos para su vida, recibimos el resultado negativo del pcr del quinto día. Noticia que causó una gran emoción a los demás pacientes de la sala. Todos se pusieron en pie y aislados, aplaudían a esta gran sobreviviente. Fue un acto que indiscutiblemente causó emoción y por supuesto en mí también».

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El otro orgullo de los padres. La hermana de Adrián también es una valiente de batas blancas.

Desde el reparto 26 de diciembre en Remedios, Dayamí y Javier acumulan un montón de besos y caricias. Son los padres del doctor Adrián Mendez Cruz y sí hay temor, pero el orgullo del hijo que crece vale la espera. Las lágrimas se guardan, uno aprende.

«En un primer momento sentimos temor y una mezcla grande de orgullo por verlo haciendo una labor tan necesaria y humana», nos dice emocionado Javier Mendez.

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La abuela no puede faltar en la foto.

«Estamos muy orgullosos de él, este es el momento que le tocó vivir y como buen profesional supo dar el paso al frente. Estamos seguros que pronto llegará el día que se acabe la pandemia y volveremos a abrazarnos», refiere Dayamí Cruz con la voz pensando en el futuro.

El doctor Adrián Mendez Cruz sigue en zona roja. No sabe cuándo será el último día. No le importa. Seguirá despertando las mañanas. Vale la pena vestirse y parecer de otro planeta. En ese otro planeta no dejan morir la esperanza.  

«Cada día yo, como el resto de mis compañeros, nos levantamos con la motivación de que nuestro trabajo es vital en la recuperación de los pacientes positivos a la covid-19 y si con este logramos salvar, aunque sea una vida, vale la pena vestirse y darlo todo en el día a día».

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«Mensaje especial podría dar a todo el pueblo que cumplan con las medidas de bioseguridad establecidas y así cada cual cuida su salud y protege a sus familiares y amigos. También quiero agradecer a mi familia por el apoyo que me brindaron al yo tomar la decisión de venir para la zona roja. También a mis compañeros de trabajo que son como mi segunda familia por todo el apoyo que nos brindamos cada día y un agradecimiento sincero a todo el colectivo de trabajo del Hospital Militar de Santa Clara y a su directiva por acogernos como uno más de ellos. Muchas gracias».

Escuche en voz y sonido la entrevista del doctor Adrián Mendez Cruz.

Imágenes: cortesía del entrevistado.

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