DestacadasNacionales

Hacer cumplir la ley (+Audio)

Hacer cumplir la ley
Foto: Archivo.

Bienvenido el Decreto-Ley 30. Abajo el abuso con los precios. Sin olvidar que su único valor estriba en hacerlo cumplir con máxima seriedad.

Fue Martí quien dijo que «€œDisciplina quiere decir orden y orden significa triunfo»€. Pero que nadie piense que a partir de la puesta en vigor del Decreto-Ley 30 que establece multas severas de entre cinco mil y 15 mil pesos por violaciones de tarifas y precios, se acabará el engaño al consumidor, el robo en la tarima, el acaparamiento, y florecerá la disciplina en horas.

No, lo principal comienza ahora que es hacer cumplir la ley, pero tampoco hay que negar que ya por lo menos nadie se podrá reír de la multa que pagaba hasta ahora con unas pocas libras de tomate.

Quien tiene la misión de poner orden no puede ser aquel tipo de inspector que le decía al infractor casi con lástima: mira te voy a poner solo cien pesitos aunque pudiera ponerte la multa mayor, y el que violaba se quedaba contento, casi amigo, y aquí no ha pasado nada. No, ahora la cuantía hace temblar al más guapo de los abusadores e incluye las infracciones de los precios a servicios y productos, tanto mayoristas como minoristas. Además se aplican en entidades estatales y a particulares, a la vez que conllevarán la imposición de multas, el decomiso y la venta forzosa, según la gravedad del hecho.

Para que se tenga una idea del rigor del nuevo decreto, un problema no resuelto jamás, por no exponer en tablilla, carta o menú los valores de lo que se oferta las multas serán entre 5 mil y 7 mil pesos. Y quienes no rectifiquen sus errores luego de ser sancionados, verán crecer su cuantía hasta 15 mil pesos.

Yo creo que es un buen Decreto para recomenzar, es triste ver como unos pocos acaparan todo en las tiendas del Estado y lo revenden a un precio varias veces superior a la vista de todos, como ocurre también con el campesino que gana menos que aquel intermediario que solo manosea y revende lo que tanto le costó producir.

Para detectar el abuso hay que visitar las calles más oscuras, las que más huecos tienen, donde suelen pedirle una suma indignante por una ristra de ajo o de cebollas. Y también, como se hizo con el hipoclorito de sodio por ejemplo, hay que seguir corrigiendo algunos precios abusivos del sector estatal que subieron mucho más de 5 veces.

Igualmente hay precios aprobados por debajo de su costo que es necesario corregir con agilidad si no queremos que desaparezcan como el boniato y la carne de cerdo, entre otros. En fin, bienvenido el Decreto-Ley 30, abajo el abuso con los precios, pero sin olvidar que su único valor estriba en hacerlo cumplir con máxima seriedad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *