83% de los niños de 5 años estarán expuestos a un calor extremo
El calor peligroso es mortal para los niños, advierte la organización benéfica que ha trazado el impacto de diferentes escenarios climáticos a lo largo de sus vidas, según un informe de Save the Children.
Alrededor de 100 millones de los 120 millones de niños que se calcula que nacieron en 2020 se enfrentan a una exposición «sin precedentes» al calor extremo con los actuales planes climáticos mundiales.
Así lo indica un nuevo informe de la organización benéfica internacional Save the Children, que muestra la enorme diferencia que podría suponer mantener el objetivo acordado a escala mundial de 1,5 °C de calentamiento por encima de los niveles preindustriales.
Casi diez años después de que el Acuerdo de París consagrara este objetivo, las políticas climáticas de los países nos sitúan en la senda de un calentamiento de 2,7 °C. Dado que ni siquiera estos compromisos se están cumpliendo, el mundo se encamina actualmente hacia unos 3,1 °C de calentamiento.
Un calor peligroso que pone en riesgo la salud y el aprendizaje de los niños
«En todo el mundo, los niños se ven obligados a soportar el peso de una crisis de la que no son responsables», afirma Inger Ashing, directora general de Save the Children International. Es un calor peligroso que pone en riesgo su salud y su aprendizaje, pues hay ciclones que azotan sus hogares y escuelas y sequías progresivas que marchitan las cosechas y reducen lo que hay en sus platos».
El informe, publicado hoy por la organización benéfica e investigadores de la Universidad Libre de Bruselas (VUB), concluye que alcanzar 1,5 ºC reduciría a 62 millones el número de niños de cinco años afectados por el calor extremo, lo que supone una diferencia de 38 millones. Es decir, casi un tercio de los niños de cinco años.
¿Cómo afectará el calentamiento global a los niños?
Las olas de calor afectan de forma desproporcionada a la salud de los niños pequeños, ya que aumentan el riesgo de deshidratación, enfermedades respiratorias y, en última instancia, mortalidad.
El calor extremo también interrumpe el acceso a los alimentos y al agua potable y obliga a cerrar las escuelas, como ocurrió durante quince días en Sudán del Sur a principios de este año, después de que algunos estudiantes se desmayaran en sus pupitres.
De acuerdo con los actuales compromisos nacionales en materia de política climática, que prevén un aumento de la temperatura de 2,7 °C para 2100, incluso los adultos nacidos en 1960 se verán expuestos a olas de calor sin precedentes durante su vida en América, África, Oriente Medio y Australia.
Los niños nacidos en todas las regiones del mundo en 2020 se enfrentarán a una exposición sin precedentes a las olas de calor. Cumplir el objetivo de 1,5 °C protegería también a millones de niños nacidos en 2020 de los efectos más graves de otros desastres relacionados con el clima, como las malas cosechas, las inundaciones, los ciclones tropicales, las sequías y los incendios forestales.
¿Qué dicen los niños sobre la crisis climática?
Denise (nombre ficticio), de 16 años, y su familia se vieron obligados a abandonar su casa en Brasil el año pasado cuando se produjeron las peores inundaciones del país en 80 años, que devastaron su comunidad. Su casa sufrió graves daños y ella no fue a la escuela durante casi dos meses.
«Me afectó mucho mentalmente, y también académicamente», dice Denise. «Ponerme al día con las notas para aprobar la secundaria fue muy duro, sobre todo en un colegio público. Tuvo un impacto enorme en mi rendimiento escolar. Mis notas bajaron mucho después de las inundaciones».
Inevitablemente, son los niños afectados por la desigualdad y los de los países de renta baja y media los más perjudicados por los fenómenos climáticos extremos.
A sus familias les ceusta más hacer frente a las graves condiciones climáticas, y además corren un mayor riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua, padecer hambre y desnutrición.
Haruka, también de 16 años, es de Vanuatu, que sufrió tres de los tipos de ciclón más graves en sólo un año. «Los ciclones dan miedo. Cada año destrozan mi casa; ya ni siquiera nos molestamos en intentar arreglar el techo», dice.
«En los últimos años, he visto una destrucción incesante y una reconstrucción constante. Este ciclo aparentemente interminable se ha convertido en nuestra realidad, y la mayoría de la gente ni siquiera es consciente de que no es sólo la naturaleza la que hace lo suyo, sino que somos nosotros los que llevamos la peor parte de una crisis que no hemos provocado.»
Según el informe, alrededor de cinco millones de niños nacidos en 2020 evitarían una exposición sin precedentes a lo largo de su vida a las inundaciones fluviales y ciclones tropicales si el mundo consiguiera limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC en lugar de 2,7 ºC.
¿Cómo pueden los responsables políticos situar a los niños en el centro de la acción climática?
«Esta nueva investigación muestra que aún hay esperanza, pero sólo si actuamos de forma urgente y ambiciosa para limitar rápidamente el calentamiento de las temperaturas a 1,5 ºC y situar realmente a los niños en el centro de nuestra respuesta al cambio climático a todos los niveles», afirma Ingersen.
Fundamentalmente, la organización benéfica reclama la rápida eliminación de los combustibles fósiles, con los países de ingresos altos y los que históricamente han emitido más, a la cabeza.
También quiere ver un cambio de marcha en la financiación de la adaptación y del fondo de pérdidas y daños, con una nueva financiación climática que dé prioridad a los servicios críticos para la infancia, como la salud y la nutrición, el agua, el saneamiento y la higiene (WASH), la educación, la protección infantil y la protección social.
Save the Children añade que los niños deben ocupar un lugar central en los planes climáticos internacionales, incluidas las nuevas contribuciones determinadas a nivel nacional, que encarnan los esfuerzos de cada país para reducir las emisiones nacionales, que debían presentarse este año.