Infancias del mundo en este fin de año: una postal sin colores bonitos

Si se mira a través de un cristal nublado por estereotipos y pocas alas buscando saber cómo los niños de este mundo esperan el nuevo año, lo más probable es que aparezca una imagen muy semejante a una postal, con arbolitos de navidad, juguetes y felices pequeños sonrientes.

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Pero el más reciente informe informe de UNICEF, «El Estado de los Niños en el Mundo 2025: Acabar con la Pobreza Infantil», publicado coincidiendo con el Día Mundial de la Infancia el pasado 20 de noviembre, describe realidades bien diferentes a la descrita.
La infancia global, como tendencia, se enfrenta a un panorama sombrío, marcado por un estancamiento en la lucha contra la pobreza, el aumento de los conflictos armados y graves recortes en la ayuda internacional.
Tanto es así, que el informe lanza una severa advertencia: décadas de progreso están en riesgo de revertirse.
Pobreza infantil: más allá del dinero
UNICEF insiste en una definición de la pobreza infantil que va mucho más allá de la carencia de ingresos. Se trata, indica, de una negación de los derechos fundamentales.
Tras examinar datos de 130 países, la agencia de la ONU estima que 417 millones de menores, es decir, más de uno de cada cinco niños en países de ingresos bajos y medios, sufren pobreza multidimensional.

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Esto significa que están privados a diario de al menos dos de seis aspectos vitales para su bienestar: educación, salud, vivienda, nutrición, saneamiento y agua.
La privación más extendida a nivel global es el saneamiento. En los países de bajos ingresos, un alarmante 65% de los niños carece de acceso a un baño, carencia que aumenta el riesgo de contraer enfermedades y socava su salud y desarrollo.
“La pobreza envenena la infancia. Cobra la vida de niños, socava su salud y desarrollo, y limita su aprendizaje. La pobreza es una negación de los derechos fundamentales de la infancia”, subraya el informe.

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Y también en términos de pobreza monetaria extrema, la situación sigue siendo crítica. Aunque el número de niños que viven con menos de tres dólares al día se ha reducido de 507 millones a 412 millones desde el año 2000, los avances se han frenado.
Actualmente, más del 19% de la infancia mundial vive bajo este umbral, con casi el 90% concentrado en África subsahariana y el sur de Asia.
El Triple Azote: conflictos, clima y falta de fondos
Tres crisis convergentes amenazan con socavar aún más los esfuerzos para reducir la pobreza infantil, destruyendo medios de vida e interrumpiendo la educación y la salud de los niños.
El aumento de los conflictos destaca por sus tantas sombras. Entre 2024 y 2025 se ha registrado el mayor número de países implicados en conflictos armados desde la Segunda Guerra Mundial.
Un alarmante 19% de los niños del mundo vivía en una zona de conflicto en 2024, casi el doble que a mediados de los años noventa.

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Y, obviamente, la guerra genera un vínculo directo con la pobreza, pues más de la mitad de los niños en esos entornos frágiles y afectados por conflictos viven en medio de una necesidad extrema.
Además, en 2024, la ONU verificó más de 41.000 violaciones graves perpetradas contra niños en territorios en conflicto, lo cual significa un aumento del 25% con respecto al año anterior.
Las crisis climática y ambiental son otras dos que ensombrecen aun más el panorama infantil porque los estragos climáticos agravan la vulnerabilidad de las familias al destruir infraestructuras y fuentes de ingresos.

Foto: UNICEF
UNICEF precisa que a lo anterior se añade una crisis de financiamientos y recortes de ayudas. Los importantes recortes en la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) por parte de numerosos países, incluyendo Estados Unidos, tienen consecuencias directas y graves. Calculan que esta reducción de fondos podría dejar a seis millones de niños fuera de la escuela el próximo año.
Incluso en los países de ingresos altos, el panorama no es alentador. Aunque en promedio la pobreza infantil disminuyó un 2,5% entre 2013 y 2023 en los 37 países de esa categoría estudiados, el progreso se ha estancado o revertido en muchos casos.
En naciones como Francia, Suiza y el Reino Unido, la pobreza infantil aumentó más del 20% en ese periodo, evidenciando que la vulnerabilidad de los menores no es exclusiva del Sur global.

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Un llamado a la voluntad política
A pesar del desalentador panorama, UNICEF mantiene un mensaje de esperanza y factibilidad. “Tenemos la capacidad de reducir y acabar con la pobreza infantil. Hay que tenerlo como prioridad a nivel nacional, porque está comprobado que cuando se dedican voluntad y fondos, se consiguen grandes logros”, afirma Blanca Carazo, responsable de programas internacionales de UNICEF España.
El documento detalla cinco pilares esenciales para erradicar la pobreza infantil, que exigen una decisión política firme: que erradicar la pobreza infantil se vuelva una prioridad nacional, integrar las necesidades de los niños en las políticas económicas y los presupuestos, así como ampliar la protección social inclusiva, incluyendo ayuda económica a las familias.

Foto: UNICEF
Para esto último, recomienda extender el acceso a servicios públicos de calidad -salud, educación, agua, saneamiento- y promover el llamado trabajo decente para padres y cuidadores.
El fin de año marca no solo el cierre de un ciclo, sino, en este tema, también la urgencia de actuar.
Poner fin a la pobreza infantil ha de convertirse en un imperativo universal y decisión política de las naciones porque, como subraya UNICEF en su informe, “Nuestro futuro colectivo depende de ello”.
