La Cultura cubana: herencia, identidad y porvenir

El 20 de octubre se celebra cada año el Día de la Cultura cubana con motivo de entonarse en esa fecha, por primera vez, la marcha que devendría en Himno Nacional.
La Cultura cubana no es solo música y baile, es la expresión viva de una nación que hizo de su identidad un proyecto revolucionario. «Ser cultos es el único modo de ser libres». Esta frase de José Martí se convirtió en el lema que guiaría la política cultural de la Revolución cubana bajo el liderazgo de Fidel Castro. La visión del Comandante era clara: la Cultura no podía ser privilegio de élites, sino derecho fundamental del pueblo.
La Campaña de Alfabetización de 1961 marcó el punto de partida. En tan solo un año, Cuba se declaró territorio libre de analfabetismo y sentó las bases para el futuro: un pueblo preparado no solo para leer, sino también para crear.
Con la Revolución surgieron instituciones que transformaron radicalmente el panorama cultural de la isla. El Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) abrió sus puertas para promover un cine profundamente cubano. Casi al unísono nace Casa de las Américas, la que se convirtió en el espacio donde toda la riqueza cultural de nuestro continente encontró su hogar. En ese mismo impulso fundacional, la UNEAC agrupó en un proyecto revolucionario común a escritores y artistas de todo el país.
Durante más de seis décadas de bloqueo económico, la Cultura ha sido una herramienta esencial de resistencia y una ventana al mundo. A pesar de las crecientes dificultades económicas, los escritores y artistas cubanos no han dejado de crear, demostrando así que la creatividad puede florecer incluso en las circunstancias más adversas.
Hoy, al conmemorar aquel 20 de octubre de 1868 en que se cantó por primera vez nuestro Himno Nacional, tenemos mucho más que recordar. Tenemos una Cultura viva, diversa, revolucionaria. Una Cultura que, como soñó Fidel, nos hizo no solo más cultos, sino definitivamente, más libres.