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Restauran el Mural de la Prehistoria, el mayor fresco al aire libre del mundo

Mural de la prehistoria

El Mural de la Prehistoria, la conocida obra que representa el origen y la evolución de la vida en nuestro planeta, plasmada sobre un mogote del Valle de Viñales, es sometida por estos días a un minucioso proceso de restauración.

Manos expertas asumen las labores de limpieza de la vegetación que siempre crece sobre las rocas, y el retoque de la pintura de uno de los mayores frescos al aire libre que existen en el mundo.

Yecenia García, especialista principal de Comercialización de la Sucursal Extrahotelera Palmares, en Pinar del Río, comenta que hacía tiempo que esto no se realizaba debido a la falta de recursos para acometer un trabajo extremadamente complicado y peligroso, ya que los pintores deben amarrarse con cuerdas y descolgarse desde la cima del mogote.

«Pretendemos que la restauración total del mural culmine en el mes de marzo», señala Yecenia, y estima que solo para la pintura serán precisos unos tres meses.

Sobre una superficie de 160 metros de ancho por 120 de alto, el mural fue concebido por Leovigildo González, a principios de la década de 1960, y ejecutado por 21 campesinos de la zona que, brochas en mano y colgados en arneses de paracaidistas, fueron los encargados de llevar a la piedra las ideas del artista.

Estos propios campesinos en un inicio, y luego sus descendientes, asumieron desde entonces el  mantenimiento del mural.

Sin embargo, Yecenia explica que ya eran personas de edad avanzada, por lo que, para la restauración actual, se contrató una brigada especializada en la conservación de obras paisajísticas, con experiencia en el alpinismo.

No obstante, afirma que los hombres que durante décadas se dedicaron a preservar esta gigantesca obra, se mantienen vinculados a ella, asesorando a quienes hoy le devuelven su esplendor.

Desde su culminación, hace alrededor de 60 años, el Mural de la Prehistoria es uno de los sitios más visitados del Valle de Viñales.

La especialista de Palmares precisa que más de 50 000 personas llegan hasta él, anualmente.

«Para nosotros constituía una preocupación muy grande, porque veíamos que se estaba deteriorando. Solo se le realizaban acciones de limpieza, de forma parcial», rememora Yecenia. Pero gracias a estas labores que se llevan a cabo, respetando los colores y cada detalle original, asegura que pronto recuperará completamente su belleza.

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