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El pago electrónico es sinónimo de desarrollo, pero…

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Yunielis Moliner Isasi es casi una experta en temas de pagos o transferencias por las aplicaciones digitales. Claro, ha vivido en la era de la informatización en nuestra sociedad y no le teme a nada, pues solo hay que preguntar, familiarizarse y luego cacharrear, como muchos dicen.

Por eso para esta matancera de 31 años el uso de canales electrónicos no es nuevo. Desde que su perro se comió su tarjeta de salario en 2017, inició con Transfermóvil y hoy cuenta con tarjetas asociadas a esta plataforma y también a Enzona de los tres bancos. «Hoy realizo más del 80 por ciento de mis operaciones por ahí», asegura.

«Siempre he insistido en que la gente tenga alternativas, que puedan llegar a una entidad y pagar al cash, por POS o a través de las aplicaciones mencionadas», subraya, y añade que en su familia muchas personas ya se vincularon a esas modalidades, como Estela, su mamá, de 70 años, y su tío Roberto, de 82 años, que consulta en Transfermóvil su saldo para saber si le llegó la chequera.

Aunque no tiene un canal favorito, considera que Transfermóvil es mejor «porque no hay que estar conectado». Sin embargo, el grueso de las tiendas se concentra en la plataforma Enzona, y el servicio de Ticket.

Para esta joven periodista de Radio 26, lo usual es pagar el teléfono y la electricidad por Transfermóvil, y además lo usa para pagar sellos. Si necesita sacar dinero lo hace mediante el servicio de caja extra, y ha pagado por el código QR en restaurantes y otros servicios, incluso en Varadero.

En general, aprovecha al máximo las ferias de comercio electrónico y el uso de estos canales de pago electrónico para adquirir nuevos conocimientos: «La mayoría de mis problemas los resuelvo así, online, desde citas para la notaría o algún turno para Cadeca»,

Se declara partidaria de la bancarización, que gradualmente reducirá el uso de efectivo entre personas naturales, según dice la Resolución; para lograrla es necesario que las personas tengan todas las opciones y eso no está pasando».

Más estratégicos y creativos

Precisamente, el proceso de bancarización busca ofrecer a la sociedad la posibilidad de realizar todos los pagos
de servicios, productos, y demás operaciones comerciales y financieras, mediante el uso de instrumentos de pago y canales electrónicos preferiblemente.

Un sondeo realizado por este diario con jóvenes de Matanzas, Cienfuegos y Sancti Spíritus confirmó el valor de esa opción, pues brinda seguridad, rapidez, inmediatez y comodidad. Sin embargo, no pocas dudas quedan en el camino para hacer realidad tal medida.

Elizabeth López Martínez, tenedora de libros en Cienfuegos, reconoció las ventajas de la bancarización para cualquier economía en cuanto a la transparencia en el manejo de los fondos y la agilidad en los pagos instantáneos. Pero, desde su experiencia, consideró que andamos a medio camino: «La infraestructura no acompaña este proceso que desde hace muchos años se ha tratado de impulsar. Son muy pocas las entidades y organismos que han creado las condiciones».

El profesor de la Universidad de Cienfuegos Carlos Rafael Rodríguez, Michel Quevedo Cepero, comparte el criterio de su coterránea basado en su experiencia con Transfermóvil, pero considera a EnZona harina de otro costal. «Lleva demasiados pasos u operaciones para ejecutar un pago. Muchas veces cuando logras completar todo lo que te piden, alguien más compró el producto que querías».

Michel Rodríguez Masa, de 23 años, dispone de los conocimientos y el embullo, pero el modelo de su celular no le permite fidelizarse a los pagos electrónicos. «Ha sido un dolor de cabeza. He usado Transfermóvil, EnZona… Banca Remota es la que mejor me funciona en el Iphone».

Por su parte, Lucía González Estévez, de 34 años, tiene una preocupación singular que atañe a aquellas personas cuyos pagos son mediante tarjetas de Banco Metropolitano y deben trasladarse a La Habana para la mayoría de los trámites, aunque el Banco Popular de Ahorro mantenga nexos con aquel.

«Todavía llegas a muchos comercios y establecimientos y no existe la posibilidad de hacer el pago electrónico. También ocurre que a menudo, en los que existe, falla la conexión de los POS. El sistema tiene sus errores. A veces da una consulta de saldo equivocada, o un pago de factura doble, o sin
ejecutar. En eso hay que seguir trabajando», apuntó Rodríguez Masa.

Para seguir avanzando en este proceso, que es gradual y donde estén creadas las condiciones, López Martínez propone ser más  estratégicos y creativos para presentarlo no como una obligación, sino como beneficio para el cliente.

Mejorar la infraestructura tecnológica

Dunia Torres, estudiante de técnico medio en Contabilidad, reside en el municipio de Fomento, uno de los cuatro territorios espirituanos que no cuentan con servicio de cajero automático.

«Tengo tarjeta hace muy poco porque es la mejor vía para que mi papá, quien reside en la provincia de Granma, me envíe dinero. Desde entonces me ha sido muy útil hacer algunos pagos por Transfermóvil, sobre todo en el sector particular, porque en mi municipio no resulta común esa posibilidad en las entidades estatales. He llegado a lugares y cuando pregunto me dicen que no se puede pagar porque hay problemas, pero creo que sucede más por desconocimiento o por resistencia al cambio.

«En ocasiones se ha convertido en una odisea utilizar el servicio por la co-
nexión. Cuando falta la electricidad mi teléfono “se muere”, y he tenido que ir al banco a sacar el dinero para un pago, y ya ahí pierdo mucho tiempo», apuntó.

Nare González, universitaria y trabajadora por cuenta propia en un centro de belleza, considera el pago electrónico como sinónimo de desarrollo: «Lo que me preocupa es que no tenemos infraestructura y capacidad técnica. Me ha sucedido con alguna acción en Transfermóvil que llega el mensaje de efectuada y cuando compruebo no ha sucedido. Nunca he perdido el dinero, pero sí he debido esperar varios días.

«He trabajado con Enzona, pero no he podido familiarizarme. Me agota que tenga tantos pasos. En Transfermóvil todo es mucho más fácil y no exige de estar conectada, porque ya lograr que funcione la 4G es un suplicio».

Osbel Esteban Carbonell, trabajador del comercio, cuenta que en su sector se insiste en el pago electrónico. «Recientemente hicimos varias ferias con productos diversos en nuestros mercados y tenía como requisito que solo se podía comprar a través de ese tipo de pago. Ahí nos percatamos de que muchas personas desconocen cómo funcionan esas plataformas.

«Enseñamos a varios clientes y les explicamos la importancia del uso de cualquier canal, pero en distintos momentos del día, y según el teléfono, resultó imposible que pudieran pagar. Debían esperar un buen rato y algunos se fueron. Basta una mala experiencia para no querer volver a incursionar en esa modalidad», advirtió.

Edgar Sánchez, quien estudia Cultura Física en la modalidad de encuentros, confiesa que desde que descubrió Enzona ha viabilizado muchos trámites. «La única limitante es que exige de tener conexión. Puedes añadir varias tarjetas asociadas y tener los datos de amigos para hacerles alguna operación.

«Hasta ahora no he tenido problemas, pero no dejo de reconocer la resistencia y desconocimiento, como también fisuras en la infraestructura. Urge capacitar e invertir en la logística que soporta la tecnología», sugiere este joven, y agrega que para el mundo el pago electrónico forma parte del diarismo, y Cuba no puede seguir estancada: «Claro, estoy consciente que es un proceso,  poco a poco…».

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