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Legislaciones contra la violencia de género e intrafamiliar: del texto a la práctica

Llevar a la práctica con efectividad las legislaciones vigentes contra la violencia presenta no pocos desafíos, pero también oportunidades a favor de avanzar en esta materia

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Existen hoy en Cuba varias legislaciones que se complementan para atender y juzgar la violencia de género e intrafamiliar, en sus diferentes formas y manifestaciones, presentes en el contexto cotidiano de la sociedad cubana actual.

Son los casos, por ejemplo, del Programa Nacional para el Adelanto de la Mujer, aprobado por Decreto Presidencial en 2021; la Estrategia integral de prevención y atención a la violencia, también emitida en 2021; el Código de Procesos; la Ley de Proceso Penal; el Código Penal, y, más recientemente, el Código de las Familias, aprobado en referendo popular el 25 de septiembre de 2022.

Sin embargo, tal cual lo señalan especialistas y expertos, contar con las legislaciones es un paso importante, pero no suficiente para combatir las formas de violencia familiar y de género. De ahí que existen retos y desafíos para su implementación, los cuales fueron abordados, recientemente, en un panel de expertos en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, titulado Desafíos para la implementación de la legislación de violencia en Cuba.

CÓDIGO DE LAS FAMILIAS: ENTRE GRANDES AVANCES Y DESAFÍOS

La entrada en vigor del Código de las Familias fue solo el primer momento de una larga etapa, que comienza con su implementación efectiva, afirmó la doctora Ana María Álvarez-Tabío Albo, profesora titular y principal de Derecho de familia de la Universidad de La Habana, al referirse a los desafíos para trabajar este texto de los afectos, moderno e inclusivo.

Dada la situación, expresó, de que en nuestra sociedad hay quien ha naturalizado los hechos de violencia, principalmente en el espacio sociofamiliar, el nuevo texto normativo apuesta por la incorporación de esa perspectiva desde el mismo momento en que diseña cada una de sus instituciones. «Todas ellas están pensadas para propender a la igualdad, equilibrar las posibles desigualdades y producir efectos concretos ante la presencia de violencia», afirmó.

Así –ejemplificó la especialista– el nuevo Código, en materia de prevenir y enfrentar la violencia de género y la intrafamiliar, reconoce los derechos de las mujeres en su diversidad, con acceso a todas las instituciones familiares sin discriminación; destierra el lenguaje sexista y abraza uno inclusivo; y no distingue, ni en género ni en sexo, para tener derecho a disfrutar de todas las alternativas de sus artículos.

Igualmente destacó que el texto refuerza la corresponsabilidad desde una perspectiva de género, protegiendo tanto la maternidad, que suele glorificarse, como la paternidad, que siempre ha quedado en desventaja; brinda la posibilidad de elegir el orden de los apellidos; autoriza la gestación solidaria, pero con una protección más que reforzada hacia la mujer gestante, para evitar su mercantilización; elimina el matrimonio adolescente, y refuerza el valor económico del trabajo en el hogar, asumido principalmente por mujeres.

El Código también reconoce físicamente el cuidado como derecho, posibilita pactar el régimen económico del matrimonio, y establece una fuerte protección ante la discriminación y la violencia, que va más allá del reconocimiento y el repudio, y en cada situación de presencia de violencia, el Código produce un efecto jurídico palpable.

Por ejemplo, manifestó la doctora Álvarez Tabío-Albo, la violencia va a ser causa para: el cese de la obligación legal de dar alimentos, privación de responsabilidad parental, privación de los derechos sucesorios, nulidad de contratos de donación, prohibición para tener la guarda y cuidado de los hijos; nulidad matrimonial; impedimento para ser nombrado tutor, o remover un tutor ya nombrado, revocación de la adopción, entre otros.

Añadió que con todos estos esfuerzos confluyen en el plano legislativo, en materia familiar, otras transformaciones jurídicas y políticas sociales, que de manera integral van a ayudar a enfrentar los desafíos que tenemos en el ámbito del empoderamiento de las mujeres y de la lucha contra las expresiones de discriminación y violencia.

Como desafío elemental para implementar esta norma avanzada y necesaria en el contexto cubano, la docente señaló la preparación y la sensibilidad de ser capaces de detectar las más mínimas expresiones de violencia basadas en género, o en entornos intrafamiliares.

DESAFÍOS y OPORTUNIDADES

Llevar a la práctica con efectividad e impacto las legislaciones vigentes contra la violencia presenta no pocos desafíos, pero también oportunidades que se pueden aprovechar a favor de avanzar en esta materia.

Lisy Jorge Méndez, oficial de Protección de la Oficina en Cuba del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), expuso, entre los desafíos, la insuficiente visibilidad del tema, aun cuando se ha avanzado a nivel comunicativo; la naturalización de la violencia en el contexto cotidiano, y la necesidad de generar evidencias y datos en torno a la problemática.

También mencionó la necesidad de sensibilización y transformación de normas sociales y de género que están en la base de la violencia; la urgencia de la capacitación de los actores institucionales, pues implementar estas normas implica necesariamente que los involucrados fortalezcan sus capacidades para comunicar las violencias y asumir cada uno de los retos que implica; y el fortalecimiento de las capacidades de madres, padres y cuidadores.

Jorge Méndez también señaló como desafíos el fortalecimiento y articulación de los servicios de protección que hoy tenemos en el país; profundizar en el contexto digital y su impacto, así como qué hacer con la violencia en esos ámbitos, y evaluar las intervenciones y los programas que se ejecuten.

Sobre las oportunidades que hoy abren el camino para luchar contra la violencia, la Oficial de Protección de Unicef destacó el actual contexto de actualización normativa, al cual calificó como «la oportunidad que no podemos perder, para colocar en las normas que se están actualizando o creando los temas de violencia de manera estratégica», dijo.

También mencionó el mecanismo de seguimiento al Programa de Adelanto de la Mujer, la visibilidad que tienen cada día más los temas de violencia en los medios de comunicación, y el auge de los temas de crianza respetuosa, a partir del Código de las Familias.

A FAVOR DE LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA

Acerca de los desafíos y avances que se han impulsado en materia de derecho penal respecto a la violencia se refirió la doctora Tania de Armas Fonticoba, profesora titular de Criminología de la Universidad de La Habana.

Significó la experta que, aun cuando quedan retos por delante, en la amplia y profunda reforma jurídica que actualmente se lleva a cabo en el país, se visibilizó la violencia de género como concepto en la Ley Penal, sin inferencias, sin camuflaje y sin otra terminología.

A su vez, se puede usar estadísticamente como dato para las investigaciones; la víctima alcanza la condición de sujeto procesal y tiene derecho a ser escuchada; la policía debe tomar declaración a la víctima en condiciones  de seguridad e intimidad; aparecen 36 modificaciones relacionadas con la violencia de género: en las atenuantes, las agravantes, en la agravación de sanciones, y aparece la figura de agresión sexual.

En cuanto a los desafíos para la implementación de la legislación penal en materia de violencia de género, la docente resaltó algunos como la creencia de que el derecho penal va a solucionar el fenómeno de la violencia, potenciar la prevención, involucrar a todos los actores de la sociedad, implementar y evaluar los protocolos para la prevención, desmontar los prejuicios, la cultura patriarcal y las resistencias culturales estructurales.

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