Desde aquel 10 de octubre se enorgullece la historia de Caibarién
El 10 de octubre de 1868, Carlos Manuel de Céspedes junto a un grupo de patriotas reunidos en el ingenio La Demajagua proclamaron la Independencia de Cuba enarbolando la bandera como símbolo patrio de la insurrección. Comunicó entonces a sus esclavos que a partir de ese momento eran hombres libres y los exhortó a unirse a la lucha por la libertad de Cuba. Fue cuando se escuchó el primer grito de «¡Viva Cuba Libre! Y partieron a conquistar la libertad.
El levantamiento armado marcó el inicio de las luchas por la independencia contra el colonialismo español. Fue en el Oriente lejano donde todo empezó sin embargo en Caibarién el hecho tuvo repercusión demostrada.
Los archivos históricos de la Villa Blanca recuerdan el 14 de febrero de 1869 fecha en que se produjeron detenciones de hombres dignos de este pueblo con ideas libertarias deportados a la isla de Fernado Poo. Entre ellos estuvo José María Momplet, quien durante la travesía en el vapor inglés envió una carta a su familia la cual se conserva entre los fondos del museo municipal María Escobar Laredo de esta localidad.
Un mes más tarde el 15 de marzo de 1869, Don Rafael Falero y el licenciado Francisco María Jiménez y Rojas quienes lograron escapar de dichas detenciones fueron capturados en el mar, traídos al puerto y obligados a gritar Viva España, no cumplieron la orden y pr tanto fueron asesinados convirtiéndose en los dos primero patriotas de Caibarién.
En octubre del propio año 1869 ocurrió un ataque al tren Caibarién Remedios por parte de las tropas insurrectas, hecho similar se recuerda en Cambao en enero de 1870, luego el incendio del ingenio La Peira en la zona de Dolores en marzo de 1875, meses más tarde en septiembre un tiroteo al tren en el Palmar Las arañas aparecen registrados como acciones libertarias de los pobladores de esta villa.
Desde el túmulo en la zona de Cambaito partieron las tropas al monte dirigidas por Carlos Roloff, el valiente y fiel polaco como lo llamara José Martí. Roloff había llegado a Cuba por esta villa, trajo armas de fuego que donó a la logia San Juan institución que también aquí agrupó a patriotas criollos en el movimiento conspirativo para enfrentar al yugo español y apoyó las guerras de independencia en la isla.
En 1889 Caibarién se vistió de galas para recibir al mayor general Máximo Gómez quien compartió sus ideas con pobladores de marcadas ideas políticas, patrióticas.
La guerra concluyó con el Pacto del Zanjón, la contienda comenzó a decrecer políticamente. No obstante la Guerra Grande despejó el camino a la Guerra Necesaria que inició el Padre de la Patria aquel 10 de octubre. De valentía y decoro perduran ejemplos incontables, y de ellos se enorgullece igual la historia de Caibarién.