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Polvo del Sahara y sargazos, una peligrosa alianza

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Cada año las nubes de polvo del Sahara se levantan desde el continente africano y avanzan en dirección oeste, bajo el flujo de los vientos alisios, propagándose a través del océano Atlántico, hasta llegar al mar Caribe, el sudeste de Estados Unidos, México y Centroamérica.

Son generadas por las tormentas de arena y polvo del desierto del Sahara y la región del Sahel, alcanzan alturas de tres a siete kilómetros, y suelen venir cargadas de material particulado pm 10 y pm 2,5, altamente nocivos para la salud humana.

También contienen minerales como hierro, calcio, fósforo, silicio y mercurio, además de virus, bacterias, hongos, ácaros patógenos, estafilococos y otros compuestos.

El doctor en Ciencias Físicas Eugenio Mojena López, asesor del Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología y pionero de los estudios sobre el tema en nuestro país, explicó a Granma que la transportación a larga distancia de esa alta carga de contaminantes, afecta al medioambiente en general, con énfasis en los ecosistemas marinos, al repercutir en el declive de las poblaciones de arrecifes coralinos (propician que puedan ser atacados por un hongo endémico de África transportado por ellas),  y favorecer la proliferación de los denominados eventos de marea roja, asociados a grandes floraciones de algas, muchas de ellas tóxicas.

«Las primeras nubes de polvo arriban generalmente al mar Caribe a partir del mes de marzo (en la parte oriental, próximas a la costa de Venezuela, pueden hacerlo en febrero). Ese proceso se va intensificando y alcanza su máximo en los meses de junio y julio, para comenzar a declinar en septiembre, y fijar su mínimo en octubre».

Para Cuba en particular, precisó, el máximo de frecuencia de días con nubes de polvo del Sahara ocurre entre mayo y agosto, pero, al igual que se observa en el resto del área del mar Caribe, los picos se producen en junio y julio.

CRECIENTE PROBLEMA AMBIENTAL

Según la conferencia impartida por el doctor Mojena López en el Taller de contaminación atmosférica Contat 2023, en los últimos años las investigaciones científicas han establecido la existencia de un vínculo entre las nubes de polvo del Sahara y el creciente aumento de los eventos de mareas rojas en la región del Caribe.

El aporte de fósforo, hierro y otros nutrientes contenidos en ellas, subrayó el especialista, fertiliza la franja marina del Atlántico extendida hasta el arco de las Antillas Menores, y penetra en las aguas del Caribe, favoreciendo el crecimiento y reproducción de las algas de sargazo.

«Desde 2011, el manto de algas pardas viene invadiendo cada año mayor cantidad de playas en México, Belice, Martinica, Jamaica, República Dominicana, Barbados, e incluso, en las del sur de la Florida».

En marzo pasado, aseveró el experto, los volúmenes que flotaban en el llamado Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico eran los más grandes observados para el tercer mes del calendario, al acumular alrededor de 13 millones de toneladas (la densidad del sargazo muestra su punto máximo en junio y julio), mientras las perspectivas apuntaban a que en 2023 la proliferación podría ser la mayor jamás registrada.

Semanas después, la Secretaría de Marina de México advirtió que se esperaba la llegada masiva al país de más de 32 millones de toneladas de sargazo en el transcurso del presente año, cifra sin precedentes documentados.

Al copar de forma tan abrumadora la zona cercana a la orilla y las áreas costeras, la acumulación de sargazos obstaculiza el proceso de fotosíntesis de muchas especies, incluidos los corales, provocando significativos perjuicios a la biodiversidad, como es la pérdida de extensas praderas de pasto marino y la eutrofización acelerada de los manglares, pastizales y arrecifes, induciendo cambios potencialmente irreversibles en estos ecosistemas costeros vulnerables.

De acuerdo con lo planteado por el doctor Mojena López, al recibir un exceso de nitrógeno y fósforo, el sargazo puede duplicar su biomasa en un periodo breve, si a la vez encuentra otras condiciones favorables para su crecimiento.

«Una vez que ocurre el depósito de grandes volúmenes de macroalgas en la orilla, estas comienzan a descomponerse, al consumir elevadas cantidades de oxígeno, liberando gases tóxicos como el metano, sulfuro de hidrógeno y amoníaco, además de metales pesados, entre ellos arsénico y cadmio».

Los mencionados compuestos son altamente peligrosos para la salud humana, pues su inhalación puede inducir cambios neurológicos y cardiovasculares, dificultad para respirar, náuseas, mareos, dolor de cabeza, vértigo y erupciones en la piel.

Vale aclarar que en alta mar los sargazos desempeñan un protagonismo vital en el mantenimiento del equilibrio ecológico, al servir de refugio y fuente de alimentación para la fauna oceánica.

Como precisó el profesor Mojena López, los eventos de sargazos comienzan a mostrar algunos patrones de comportamiento  cíclico. Así las investigaciones realizadas corroboran que el crecimiento de sus concentraciones comienza en la etapa invernal, se hace más acentuado en los meses de marzo a mayo y alcanza su punto culminante durante el verano.

Más allá de su potencial vínculo con las nubes de polvo del Sahara, los científicos señalan que el aumento en las floraciones de sargazo y su significativa expansión puede estar relacionado también con el incremento de las temperaturas oceánicas, provocado por el calentamiento global, los cambios en los patrones de las corrientes marinas, incitados por el derretimiento de glaciares, y el exceso de nutrientes en los océanos,  aportados por otras fuentes (escorrentía agrícola, aguas residuales).

El doctor Mojena López resaltó que la descarga y los vertidos de la industria y la agricultura en las desembocaduras de los grandes ríos de América del Sur, como el Amazonas y el Orinoco, provocan que las macroalgas se reproduzcan a una velocidad récord, proliferando de forma explosiva hasta crear el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico ecuatorial, un nuevo reservorio de las macroalgas mucho más grande que el original y devenido en una amenaza ambiental para el turismo en las costas caribeñas.

EN CONTEXTO

  • El término sargazo agrupa varias especies de algas pardas del género Sargassum. Estas viven en suspensión en las aguas marinas y son arrastradas por las corrientes oceánicas. Cuando el sargazo se acumula en la costa en altos volúmenes, se le llama marea roja o marrón.
  • Las nubes de polvo del Sahara existen desde tiempos remotos, pero el hombre solamente conoció de su presencia con la aparición y desarrollo de la tecnología satelital.
  • Los sargazos tienen potencial para ser aprovechados en la generación de biocombustibles, como fertilizantes y en la extracción de materias primas para la industria.

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