Deportes

Más allá de la marca: 231 razones para soñar en Asunción

Los jóvenes cubanos quieren ubicar a su delegación en un buen lugar por países

CON LA mirada puesta en los Juegos Panamericanos Júnior de Asunción 2025, 231 atletas cubanos se proponen escribir una nueva página en la historia competitiva del país. No es solo un número: son 231 historias de esfuerzo, disciplina y esperanza que convergen en el mismo escenario global, impulsadas por el deseo profundo de tributar un desempeño digno de los aplausos de sus seguidores, inspirado en lo conseguido cuando Cuba ocupó el quinto escaño por naciones en la primera cita de este tipo, con sede en Cali-Valle, Colombia. Ahora la delegación tendrá presencia en 28 disciplinas, y aunque las autoridades han dejado claro que no hay metas relacionadas con medallas, estimula la voluntad de igualar o superar esa quinta posición, fraguada a base de 70 metales (29 de oro, 19 de plata y 22 de bronce). En la comitiva sobresale un tridente de potencia: atletismo, lucha y judo, deportes que tradicionalmente han dado grandes alegrías a la Isla. En ellas se concentran muchas de las expectativas, no solo por el talento individual, sino también por el rigor de sus entrenamientos, el linaje competitivo de que son herederos y los resultados conseguidos en etapas previas. Para el atletismo, velocidad, saltos y  lanzamientos se convierten en una verdadera metáfora de lo que todos buscan: ir más lejos, más alto, más fuerte. Sus más de 40 exponentes deben brindar un sinnúmero de sorpresas. El judo, siempre estratégico y técnico, se presenta con figuras que aspiran al podio y están en reales condiciones de ocuparlo. Y la lucha llega con representantes que han mostrado fortaleza y velocidad en ataque y defensa en los certámenes regionales. Pero hay otros deportes con representantes de gran talento, en los que también se cifran esperanzas de conquistar medallas y así aportar al resultado final del grupo. Esos son canotaje, remo, levantamiento de pesas, taekwondo, esgrima, clavados y voleibol, tanto de sala como de playa. ¿Qué esperar de las modalidades menos conocidas? Pues la mente de sus representantes está concentrada en que sí se puede. Ha sido muy arduo el trabajo en los entrenamientos. Y habrá algunos «eléctricos» que así lo confirmarán. Ocho de los 231 clasificados ya conocen la presión y la gloria de este tipo de eventos, pues hicieron el grado en la lid precedente. Son los rostros que regresan, esta vez no como novatos, sino como referentes y  columna vertebral de una delegación decidida a esculpir desempeños de alto rango. Su experiencia será clave para guiar al resto del grupo, donde juventud y determinación se combinan con ambición deportiva. Las palmas para la luchadora granmense Yainelys Sanz (57 kg), abanderada de la delegación, que regresó hace cuatro años a Cuba con medalla de oro. Y está decidida a imponer su «recital» de tackles y desbalances para conservar la corona. Para muchos de esos jóvenes -el promedio de edad de la delegación es de 18 años-, este evento no solo es una competencia, es una opción de consagración. Bajo el lema de Con Amor por Cuba, en sus mochilas llevan ideas de medallas, sí, pero también los anhelos de sus entrenadores, de sus familias y de una nación que les acompañará en cada paso.  Las emociones estarán al límite, los retos serán exigentes, pero la convicción está clara: lo mejor está por venir. El propósito es hacer que las notas del Himno Nacional se escucharen en escenarios como el Parque Olímpico, la Secretaría Nacional de Deportes o la Bahía de Asunción, como fruto de un empuje que apuntale a Cuba en la tabla de posiciones. ¡Enhorabuena!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *