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¡Llegó el verano! ¿Cómo cuidar a los animales de exhibición?

En las dos semanas anteriores estuvimos compartiendo algunos criterios y consejos sobre como cuidar la salud y el bienestar de las mascotas, principalmente de los perros y gatos que conviven con las familias y de otras especies que si bien no son de tan manifiesta tenencia, se crían también en viviendas, patios y traspatios y que igualmente deben recibir mucha más atención en este período del año en que las altas temperaturas y el intenso calor, pueden causar efectos indeseables y hasta algunos problemas en su comportamiento y el estado de salud.

Hoy queremos tener en consideración a otras especies animales que no residen precisamente en los hogares y no son de la responsabilidad directa de las familias, pero que sirviendo para el disfrute, la distracción y el entretenimiento de amplios grupos poblacionales, en ocasiones además de padecer el intenso calor del verano, son de alguna forma, víctimas de maltratos y de situaciones adversas provocadas por los visitantes a sus recintos y estos son los animales de zoológicos, acuarios y otros centros donde se exhiben o permanecen animales domésticos o de fauna.

Al introducir el tema en cuestión, si comentaré algo. En nuestro país y en otros también, hay personas que piensan que los zoológicos, santuarios, acuarios y otras instalaciones similares no deben existir, considerando que no les permiten vivir en libertad y eso les priva del bienestar. Otras personas, como yo, que estudiamos y nos desempañamos profesionalmente en materia de salud y bienestar animal, valoramos que esas instalaciones no se han creado o se mantienen solo con la finalidad de estabular diferentes especies para ser mostradas al público en total confinamiento.

Son muchos los especialistas biólogos, veterinarios, zootecnistas e investigadores, los que pensamos, que si bien tales instalaciones deben poseer cada vez, mejores condiciones de vida, protección y bienestar para los animales, estos parques y jardines poseen muchos atributos que debemos considerar. Los zoológicos y acuarios constituyen centros de educación para niños, adoslescentes, jóvenes y así mismo para adultos que igual aprendemos a lo largo de la vida. Resultan igualmente, centros de investigación, de reproducción, de preservación, de formación vocacional y ambiental, de  continuidad y ayudan a proteger la biodiversidad.

De no ser así no existieran tantos hoy, en el mundo. Es justo decir, que si quizás en algún momento se exhibían solo animales en jaulas y estanques, en el mundo moderno se han ido creando condiciones para que el medio en que se mantienen exhibidos, sea más cercano a lo natural, con uso del llamado enriquecimiento ambiental, con menos barreras estructurales y arquitectónicas,   en áreas abiertas muy similares a aquellas de donde fueron extraídos.

En nuestro país, por razones diversas, pero especialmente económicas, se ha trabajado con ese empeño, pero no se ha logrado todo lo que la comunidad profesional pretende para estas instalaciones. Hay algunos recintos que se construyeron en la primera mitad del siglo XX, con otras concepciones. Un ejemplo de que estamos conscientes de que es algo que debemos alcanzar, es el Parque Zoológico Nacional, el que se concibió con espacios más abiertos, naturales, como es por ejemplo, la pradera africana.

Estamos plenamente conscientes de que esta constituye una tarea a desarrollar y cumplir en un futuro no lejano. Los estudiosos y científicos cubanos estamos a favor de que acuarios, delfinarios, jardines  y parques zoológicos tengan las condiciones que los animales merecen y deben poseer para mantener una mejor condición física, sanitaria y de pleno bienestar.

Ahora nuestra pretención es pedir a los visitantes a estos centros a lo largo y ancho de la isla, cooperar, coadyuvar a que los animales estén mas saludables y en buenas condiciones para mantenerse en plena exhibición en el verano y esto podemos lograrlo, adoptando algunas medidas:

– asistiendo a las instalaciones  en los días y horarios establecidos, cumpliendo así con la disciplina y el orden interno,

– siguiendo las indicaciones y orientaciones que aparecen en las vallas y pancartas,

– si es posible asistiendo a las charlas que ofrecen los especialistas y grupos de educación ambiental,

– manteniendo la limpieza e higiene de los recintos,

– no arrojando despojos y basuras en las diferentes áreas,

– no lanzando objetos a los estanques, jaulas y fosos que pueden causar daños físicos a los animales,

– no ofreciéndoles alimentos diversos a los animales, lo que al final de la jornada les pueden provocar desórdenes gastroentéricos e intoxicaciones que a su vez pueden llegar a afectar el estado de salud y hasta poner en riesgo la vida de los mismos,

– ante cualquier situación que les pueda generar dudas o preocupación, dirigirse al personal propio de las instalaciones.

En fin, estamos sugiriendo, que todos contribuyamos a la mejor salud, protección y bienestar de las especies en exhibición que como seres vivos y sintientes, debemos cuidar, ya que nos permiten enriquecer nuestra cultura zoológica y ambiental, más nos brindan recreación y cultura general.

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