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La Patria en ellos

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El calendario anuncia la fecha. Día hermoso de un doble cumpleaños en que dos generaciones comparten la felicidad de vivir en esta Isla, y de ser, de ella, talismanes.

Apenas traspasado el umbral de abril, se yergue la jornada cuatro de este cuarto mes del año, devenida, por designio de la historia, sinónimo de futuro, de orgullosa continuidad.

Es cierto, hoy no habrá caldosas, ni ruedas de casino, ni juegos infantiles, ni cadenetas adornando las escuelas, porque el bien más preciado, la vida, conmina a quedarse en casa. Pero pasar por alto este día, «¡jamás!

La batalla contra la pandemia impone, para esta celebración, un reto a la creatividad, a la búsqueda de maneras diferentes de expresar el orgullo de pioneros y jóvenes comunistas, porque el virus es solo un alto en el camino. Los sueños, los planes, el ímpetu de alcanzar nuevos horizontes, están intactos.

Hoy se hace imprescindible dejar volar la imaginación. En todos los hogares privilegiados con la presencia de un infante, nacerán cientos de dibujos, se escribirán tiernas poesías y de seguro, toda la familia se verá involucrada en el aporte, para que sea este un cumpleaños inolvidable. Todo lo bello que saldrá de la esperanza, llenará después las aulas de colores, y servirá de punto de partida a las historias por compartir sobre los días en casa.

La iniciativa de los más avezados internautas, de los amantes de las nuevas tecnologías, puede darse el lujo de estallar en los perfiles de redes sociales. Originales expresiones del incansable espíritu de la juventud en las plataformas digitales, son otras maneras de decir que a estos 58 y 59 abriles, aún se les sumarán muchos más.

A la altura de su tiempo, hoy los jóvenes darán las más hermosas muestras de que honran la herencia de sus héroes. Lo harán tocando puertas para pesquisar la vida, ofreciendo la esperanza en la cabecera de los enfermos, produciendo, para que no le falten al país los recursos indispensables, de cara al surco, para sembrar y cosechar los valiosos frutos de la tierra, llevando de comer al anciano solitario que se resguarda en la tranquilidad de su hogar.

Porque la juventud cubana siempre ha sido proa en los momentos esenciales de la patria, y este, no podía ser diferente.

Que viva entonces el 4 de abril y todo lo que esta fecha representa, para los niños y jóvenes de una sociedad que se desvela por ellos. Que el aplauso de esta noche sea también por el derecho a la vida y a la salud que disfrutan por haber nacido en Cuba.

Cuando retornen los días en que ya no sean necesarias las distancias, entonces habrá tiempo de caldosas, de ruedas de casino, de debates, de dejar que vuelen las carcajadas sin la barrera de un nasobuco; de ponerle al día cuatro, del cuarto mes del año, toda la algarabía y el calor humano que llevan en su seno la Organización de Pioneros José Martí y la Unión de Jóvenes Comunistas.

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